El Pórtico de la Plaza de San Francisco

25 de enero de 2021

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Zenaida Iglesias Sánchez

Centro Histórico, Habana Vieja.

 

 

Como sucedió con el pórtico de la calle O’Reilly, a pocos pasos de la Plaza de Armas, el que existió en la Plaza de San Francisco también desapareció por motivos similares: El ensanche de la Avenida del Puerto en las primeras décadas del pasado siglo XX, cuando se realizaron cambios trascendentales en la infraestructura urbana. En esta zona, desaparecieron los pórticos con las verjas que limitaban el acceso de la bahía a la ciudad y se desmontaron los elevados del tranvía eléctrico que por aquí circulaba. Se daba paso a la modernidad, con la aparición de los automóviles y autobuses, por lo que estas estructuras atentaban en contra de los cambios que se acometían.

 

 

En nuestros días, ambos fueron reconstruidos, como regalo a la ciudad en su 498 cumpleaños, en 2017. El antiguo pórtico de San Francisco se observa en los grabados de Federico Mialhe en el siglo XIX, cuando este espacio público tenía una marcada función mercantil por su proximidad a los muelles, la aduana y el continuo trasiego que implicaba la carga y descarga de mercancías en el puerto, así como, el arribo de viajeros a la ciudad por mar. Cabe destacar que este carácter mercantil, caracterizó a esta plaza desde su formación.

 

 

La réplica del antiguo pórtico que aquí existió, conserva algunos de los elementos decorativos del original, ya que cuidadosamente se han estudiado imágenes de la época colonial, tal es el caso del arco de medio punto, el pináculo y el medallón que encierra el escudo de la ciudad con sus principales fortalezas y la llave simbolizando a Cuba, como Antemural de las Indias Occidentales. Por fortuna, esta pieza se había conservado celosamente en el Museo de la Orfebrería de la Oficina del Historiador. Se le agregó una corona española encima del área que ocupa el medallón y la cruz, encima de la corona, que hace referencia a la Iglesia Católica.

 

 

La Plaza San Francisco de Asís se considera una de las entradas más importantes a la ciudad, de ahí que, para muchos represente, como antaño, un símbolo de bienvenida para el viajero que entra y sale desde la bahía habanera para adentrarse en sus calles.