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El patrimonio musical cubano

3 de octubre de 2017

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Cuando pienso en el patrimonio nacional, siempre recuerdo las palabras del doctor Eusebio Leal quien, con esa sabiduría y sensibilidad que le caracterizan, expresó: “El patrimonio no es para nosotros la herencia del pasado, sino el préstamo circunstancial que las generaciones venideras nos han hecho. No es mercancía, y ni siquiera un valor de cambio, es la rosa encantada, la joya que sólo manos hábiles pueden descubrir, como cuando un diamante es extraído de una oscura piedra.” Y a un aspecto de nuestro patrimonio musical, dedicaré este comentario: los documentos rescatados por la Doctora en Ciencias Musicológicas, Miriam Escudero, que revelan la verdadera identidad del primer compositor cubano: Esteban Salas.

Según los hallazgos de la doctora Escudero, el nombre completo del mencionado músico es: Estevan de Jesús Salas (y Castro) de Montes de Oca, quien nació en La Habana, el 25 de diciembre de 1725, y fue bautizado en la Parroquia del Santo Cristo del Buen Viaje de dicha ciudad, en la cual también se habían casado sus padres: Thomas Antonio de Salas y Castro, nacido en La Laguna, Tenerife, y Petrona de Montes de Oca y Lugo, nacida en La Habana. O sea, que el papá era canario y la mamá, cubana. En le genealogía de Esteban Salas aparecen los abuelos paternos: Antonio (Lorenzo) Hernández de Salas Alférez, oriundo de Tenerife y Theodora Francisca Domínguez, sin incluir su nacionalidad, pero que suponemos es canaria. Respecto a los abuelos maternos, Ignacio Esmeregildo de Montes de Oca nació en Santo Domingo de la Española aunque trabajó en la guarnición habanera con grado de teniente; de la abuela sólo se sabe que se llamaba Francisca de Lugo. Pero el árbol genealógico rescatado por Miriam Escudero incluye a los bisabuelos maternos: Juan Fernández de Montes de Oca y Juana de Esmeregirda.

Una información de la genealogía de Esteban Salas que me sorprendió fue la existencia de hermanos. Según escribió la Doctora Miriamen la revista OPUS HABANA, en el año 2016: “Del matrimonio de Thomás y Petrona nacieron ocho hijos, de los cuales Esteban no era el primogénito sino el cuarto, fruto además de un embarazo gemelar. Dos de sus hermanos murieron poco tiempo después de nacer: Manuel, gemelo de Esteban, quien solo sobrevivió cuatro días a su nacimiento, en 1725, y Luisa María Josefa, la única  niña, quien como su hermano Manuel, también fue bautizada privadamente, por necesidad, en 1729”

Según el documento encontrado, los nombres de los hijos de Tomás y Petrona eran: Nicolás de la Trinidad Salas y Castro, Joseph Antonio Salas y Castro, Manuel Salas y Castro, Esteban de Jesús Salas y Castro, Melchor Joseph Salas y Castro, Luisa María Joseph Salas y Castro, Nicolás Francisco Salas y Castro y Gregorio Xavier Salas y Castro.

No puedo dejar de mencionar la información de que al morir el padre de Esteban Sala, el 6 de junio de 1745, los hijos heredero consignados en su testamento y por tanto, los que aún vivían, eran sólo cinco: Joseph Antonio, Esteban de Jesús, Melchor Joseph, Nicolás Francisco y Gregorio Xavier. Por lo que se pudo averiguar, ello reafirma las razones por las que nuestro compositor alude, ya anciano, en el documento de su jubilación, que siendo joven, por causa de la muerte de su padre, tuvo que hacerse cargo del sustento de su madre, hermanos y otros familiares. Y dice la doctora Escudero: “Es probablemente también la razón por la que, a partir de 1444, en las actas del Ayuntamiento de La Habana se pierde la pista del notario Thomás de Salas y Castro, presunto padre del compositor”. Esto quiere decir que si bien él fue militar, también se desempeñó como notario, por lo que debió tener una formación académica en la especialidad.

La información brindada en este comentario y otras sobre el primer compositor cubano, se encuentran recogidas en el número 50 de la Revista Opus Habana del año 2016 y son el resultado del cotejo de 11 documentos hallados por el historiador José Luciano Franco y Diana Díaz, archivera de la Parroquia del Santo Cristo del Buen Viaje en La Habana Vieja, y otros provenientes del Archivo histórico diocesano de San Cristóbal de la Laguna, Tenerife.

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