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El Partido Revolucionario Cubano: hacia la patria soñada

11 de abril de 2022

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Hace 130 años, el 10 de abril de 1892 fue proclamada por José Martí la creación del Partido Revolucionario Cubano. Dos días antes, las veinticuatro asociaciones de emigrados cubanos que ya se habían adherido a sus Bases y Estatutos secretos habían elegido los dos cargos directivos de la organización: el Delegado  y el Tesorero. Martí fue el aprobado para el primero y como tesorero lo fue Benjamín Guerra, dueño de una casa comercial tabacalera y que  desempeñaba igual función en el club neoyorquino Los Independientes, fundado en 1891 e integrado por un grupo de patriotas muy vinculados a Martí. Hasta su muerte en combate el 19 de mayo de 1895, Martí fue reelecto los cuatro años siguientes.

Martí se había forjado en la lucha por la patria desde la adolescente cuando aprobó con entusiasmo el alzamiento cespedista el 10 de octubre de 1868, y luego fue condenado a trabajos forzados en las canteras habaneras y posteriormente deportado a España. En la propia metrópoli y durante su estancia en México publicó escritos denunciando los horrores de la dominación colonial y al regresar a Cuba en 1878 de inmediato comenzó a conspirar para una nueva guerra,  por lo que se le deportó otra vez. Al arribar a Nueva York en 1880 fue íntimo colaborador del general Calixto García antes de que este partiera para la Guerra Chiquita en la Isla. Para entonces ya se le reconocía como persona destacada en las lides patrióticas y a pesar  de su separación del plan de San Pedro Sula, liderado por el general Máximo Gómez, al estimarlo de carácter caudillista. Sin embargo, a finales de los  años 80 fue incrementando su reconocimiento entre la emigración de Nueva York, que cada vez más lo convirtió en su líder.  Tras sus viajes a Tampa y Cayo Hueso, donde encontró pleno apoyo a su idea organizativa de un partido, se aceleró su liderazgo entre la emigración cubana en Estados Unidos, extendida luego por otros países del continente y hasta de Europa.

Al fundarse el Partido, Martí convirtió a Patria en un vocero de sus actividades, sin perder su carácter de publicación representativa de todos los emigrados patriotas, y desde allí difundió sistemáticamente sus ideas y tareas como Delegado.

En el número del 16 de abril de 1892, donde refiere la proclamación del Partido, insiste en aclarar los principales objetivos de la organización:

“…acelerar por métodos republicanos de alma democrática, y por el acuerdo afectuoso y continuo con las islas,  la independencia inminente y deseable de Cuba y Puerto Rico…”.

“…afirman de antemano y robustecen por el respeto y el equilibrio de los  elementos reales de aquella sociedad, el que de otro modo pudiese ser alzamiento  incompleto, peligroso y desordenado…”.

La misión del Partido, según Martí era “salvar a las islas de peligros,… no para aumentarlo” y “…para poner la república sincera en la guerra…”, “…para librar a las islas de los yerros y obstáculos, en ellas innecesarios, donde cayeron,  y por algún tiempo pareció que perecerían, las repúblicas nuevas americanas…”.

Y en una nota acerca de las elecciones, dice Martí en el mismo número de Patria: “El sueño se ha realizado, y la semilla es ya el árbol que se ve. Los cubanos no son horda, ni rebaño, ni aldea. Juntos quieren; juntos trabajan; juntos triunfan: ¡Viva la patria libre!”.

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