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El “mal dormir”

1 de julio de 2016

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Así denomina gran parte de la población a los trastornos del sueño, no solo por sus implicaciones negativas para la salud, también porque contribuyen a elevar los índices de accidentalidad. Ese “mal dormir” está relacionado con la aparición de enfermedades, sin contar que, según afirman los especialistas, puede agravar la depresión, aumentar el riesgo de infarto del miocardio, desequilibrar el sistema inmunitario, y por ende, facilitar múltiples dolencias de las que no escapan las cardiovasculares y la diabetes.

Entran en la relación las consecuencias del sonambulismo, terror nocturno, pesadillas, apnea, narcolepsia, y otras más que impiden la necesaria recuperación del organismo. Entre ellas, el bruxismo, que deviene rechinar de los dientes mientras se duerme y que ocasionar desgastes de la dentadura.

El terror nocturno y el sonambulismo son alteraciones manifiestas en el primer tercio de la noche. Y las pesadillas aparecen en el sueño más profundo, denominado REM, muy frecuente en la infancia.
Otro trastorno poco conocido es el síndrome de las piernas inquietas, SPI, caracterizado por el impulso incontrolable de mover las piernas rítmica o arrítmicamente, acompañado por una sensación dolorosa, que comienza en las tardes y se agrava en la medida que se acerca la noche.
Apnea del sueño es la brusca interrupción –por segundos– de la respiración en pleno estado de sueño; se le atribuyen alteraciones severas y hasta la muerte súbita. Vinculan esta afección a quienes roncan y a los fumadores habituales.
Por su parte, la narcolepsia es una crisis paroxística e incontrolable de sueño que aparece incluso manejando un automóvil con las graves consecuencias que implica.
Entre las posibles causas que originan estos trastornos, la alimentación, ya sea por exceso o por defecto, puede provocar complicaciones respiratorias como el mencionado síndrome de apnea obstructiva del sueño, que incide en las personas obesas. Esto se debe a que la concentración de grasa en ciertas partes del cuerpo favorece la obstrucción respiratoria, sobre todo, cuando hablamos de obesidad central o se localiza en la faringe y el abdomen.

Los malos hábitos del dormir van deteriorando el organismo. Y esto preocupa, por el aumento de la tendencia a dormir menos, lo que puede tener un impacto social importante en cuanto a la conducción de vehículos, a la permanencia laboral y en la vida diaria.

Existen tres factores factibles de alterar la rutina cotidiana: las enfermedades del sueño propiamente dichas, el “sueño insuficiente” y el trabajo por turnos.

Según los expertos, esta tendencia caracteriza a las sociedades industrializadas. De hecho, el desarrollo comportó cambios de vida que impactaron sobre el sueño. Ese fue el caso de la luz eléctrica, que lleva a la gente a dormir, como mínimo, dos o tres horas menos, comparándolo con cien años atrás. Interviene en la falta de rendimiento del trabajador y en el incremento de la poca concentración.

Solo por dormir menos de lo necesario se desencadenan siete enfermedades: hipertensión, enfermedades cardiovasculares, depresión o ansiedad, estrés, fatiga diurna, problemas metabólicos de sobrepeso y trastornos gástricos. Además, la posibilidad 10 veces mayor de sufrir un accidente de tráfico o laboral.

La privación de sueño es uno de los problemas de salud pública más extendidos, y paradójicamente, de los más desconocidos. Muchos se preocupan por el insomnio, pero la calidad del sueño es mucho más grave. Existen criterios médicos que conceptúan los efectos del “mal dormir” similares a los del envejecimiento.

El daño ocasionado a quienes trabajan de noche lo determina el “ritmo circadiano”. Un reloj natural que regula los ciclos de sueño y vigilia. Es lógico que prefiramos dormir durante las horas nocturnas y mantenernos despiertos durante el día. Pero si ese reloj natural se desincroniza, el organismo comienza a sentir cansancio antes de llegar la noche y luego se despierta de madrugada sin lograr conciliar el sueño.
Por suerte, estos trastornos atrapan la atención del campo médico, por lo que confiamos, que futuras terapéuticas encontrarán la solución.

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Comentarios



Sussy / 29 de julio de 2016

buenas tardes, disculpe que le pregunte pero es que me preocupa un problema que presenta mi niña de 6 años, ella es hiperactiva,y al parecer producto de esto es sonámbula y habla dormida, se levanta de la cama y me busca y cuando la llevo de regreso a su cama, cae rendida. me preocupa que esto vaya empeorando según pasen los años. si pudieran aconsejarme sobre esto. muchas gracias