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“El Espejo”

3 de noviembre de 2017

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El espejo

 

Tremenda y agradable sorpresa recibió este espectador ante la entrega, que el colectivo teatral, Proyecto La Perla hizo de la obra coral “El Espejo”, dirigida por Mariam Montero a partir de la versión de Ariel Amador del texto “El peine y el espejo”, del dramaturgo cubano Abelardo Estorino, representada en la Sala Tito Junto, el lunes 22, dentro del contexto del 17. Festival Internacional de Teatro de La Habana.

Siete actores inmóviles, sentados en una grada de tres niveles, portando máscaras que representan la comedia y el drama, esperaban al público para iniciar la función, que resultaría ser una radionovela perteneciente al “rimbombante espacio radial, Tu novela del corazón”, de una emisora inexistente, llevada a la teatralidad de forma coherente en su contenido, amena de principio a fin, novedosa como lenguaje escénico y estridente sin perder la mesura y la corrección.

Siete actores sobriamente vestidos, dialogando entre sí y se desdoblan de forma convincente en los diferentes personajes: el locutor que va narrando la acción con voz elocuente, engolada y amelcochada (Rone Reinoso); el realizador de efectos sonoros originales y precisos (Joel Martínez); Rosa, la heroína de la trama, de femeninos ademanes, fina tesitura de voz, mostrando constantemente la imagen agobiante de una mujer consumida por los celos (Frank Ledesma), quien también es contratenor; Hilaria, la cómica y falsa santera, con movimientos vulgares y exagerados que caracterizan su manera de ser (Roberto Romero); Carmela, la intrusa y metiche hermana de Cristóbal, de refinado carácter, plena de sentimientos incestuosos por doquier (Carlos Busto); Cristóbal, el repugnante y arbitrario marido de Rosa (Rolando Rodríguez) y Nenita de la Palma, la simpática cantante del espacio Entre Novelas (Luis A. Aguirre), quien asume el transformismo de forma vital.

Pero “El Espejo” es más aún, es la violencia doméstica, el machismo que sobrevive, la hipocresía de la religión, la desconfianza, la infidelidad, el temor a perder la unidad familiar, es en fin la realidad de cuestiones condenables, que todavía persisten en la sociedad y que tanto cuesta vencer, todo ello en medio de la música, la danza y el movimiento constante y dinámico, por parte de los siete integrantes de un elenco magistral, que dotan a la puesta una integralidad total.

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