ribbon

El “creyente”

7 de junio de 2013

|

Por  supuesto que cuando hablo del “creyente” no me refiero a quienes creen en una religión o una doctrina, sino a las personas que los jóvenes de hoy acostumbran llamar así, es decir, a los que se creen cosas.
Sí, y como hay creyentes de este tipo, están los jóvenes que se creen tan bien parecidos, que cualquier muchacha que se acerque a ellos, piensan que es por sus encantos varoniles.
Tuve un conocido, hace muchos años, que un día me dijo: “Oye, acaba de presentarme a tu novia, te aseguro que no te la voy a tumbar, yo soy tu amigo”.
Claro, por aquella época no se llamaba creyente, entonces se le decía petulante.
Un vecino, también muy creyente en sus atributos masculinos, vino un día muy contento a decirme que cuando caminaba por la calle del Obispo, dos muchachas le dijeron “pareces un mango”, pero no se percató de que iba todo vestido de amarillo.
Por supuesto que hay también creyentes femeninas, quienes casi siempre mascan chicle y usan gafas de sol aunque ya se haya ocultado el astro rey.
Pero son muchos los tipos de creyentes, están los alumnos que se creen ser los mejores, los más inteligentes y los más capacitados, y cuando suspenden los exámenes, dicen que es porque el profesor les tiene envidia.
Porque ese es otro problema de los creyentes, pensar que como son superiores intelectual o físicamente a los demás, la gente les tiene envidia.
Y he ahí el problema fundamental de este tipo de persona, que rompe con la realidad social circundante y es cuando aparecen las contradicciones con su grupo.
Los hay que se creen simpáticos, y hacen cada broma de mal gusto, que lo convierten en tremendo “pesao”, porque, de creyente a “pesao”, no hay gran distancia.

Comentarios