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El cortejo sexual en los animales

21 de julio de 2017

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 Pavo real durante el cortejo

Pavo real durante el cortejo

 

El cortejo sexual en los animales consiste generalmente en una mezcla ritualizada de acciones inicialmente relacionadas con el apareamiento, el ataque, la huida y con otras acciones que tienen que ver con la alimentación y la crianza. El macho busca apareamiento con la hembra y, a su vez, la hembra recibe placer. En muchos casos, hay una disputa entre los machos que desean a la misma hembra.

Este cortejo, frecuentemente, implica la exhibición de características físicas, la producción de sonidos especiales o el ofrecimiento de regalos al candidato. El cortejo sexual incrementa la disponibilidad al apareamiento pues aumenta la motivación sexual de los individuos. Paralelamente disminuye la agresividad intraespecífica entre los miembros de la pareja, y también entre todos los individuos en aquellas especies que se reúnen en manada durante ese periodo y que son fuertemente territoriales o solitarios el resto del año.

Los diferentesrituales de cortejo, crean un aislamiento reproductivo sumamente potente que mantiene aisladas especies emparentadas en la mayoría de los grupos del reino animal.

En las especies dioicas, los machos y las hembras han de buscarse, estar juntos, realizar los complejos rituales de cortejo y apareamiento y finalmente copular o bien soltar en el ambiente sus gametos para hacer posible la fecundación.

Las danzas nupciales, los cantos de los machos para atraer a las hembras o las caricias en la pareja, son ejemplos de comportamientos típicos del cortejo que permiten no sólo conocerse, sino también aislarse reproductivamente.

 

 

¿Qué funciones tiene el cortejo sexual?

 

  1. Sincronización: la sincronización de las actividades sexuales de machos con hembras en períodos cortos de tiempo se logra en muchas especies a través del cortejo. Así, por ejemplo, es frecuente en las aves, que el cortejo acelere la maduración de los óvulos de la hembra.
  2. Orientación: los animales que cantan más enérgicamente y ostentan coloraciones llamativas probablemente sean oídos o vistos desde muy lejos. Estas exhibiciones ayudan a la orientación y al encuentro entre los miembros de la pareja. No obstante, si los individuos pertenecen a especies distintas, los cantos, plumajes ostentosos, aromas afrodisíacos no son orientativos ya que no son tenidos en cuenta. Los animales que se comunican principalmente por señales acústicas pueden entonar melodías hermosas, hasta las más insoportables para nuestro oído, pero que parecen ser muy agradables para la hembra de su especie. Muchos grillos, ranas, sapos, chicharras y langostas son grandes “cantores”.
  3. Persuasión: el cortejo del macho sirve para evitar las respuestas no sexuales por parte de la hembra.
  4. Comunicación: cuando un animal se comunica, modifica a corto o mediano plazo el comportamiento de otro animal de forma adaptativa y beneficiosa para ambos. Lo hace mediante señales, que pueden ir desde las maternales, filiales, agresivas, defensivas hasta las sexuales. Las complicadas señalizaciones que realizan los machos cangrejos violinistas del género Uca, con sus grandes y potentes pinzas, que utilizan tanto para atraer a las hembras de su misma especie, como para ahuyentar a otros machos competidores.
     Cangrejo violinista Uca

    Cangrejo violinista Uca

    En las aves, la comunicación visual incluye exhibiciones rituales, que se conforman de acciones habituales como acicalarse las plumas, picotazos y otros. Estas demostraciones pueden ser señales de amenaza o de sumisión, o contribuir a la formación de parejas. Las exhibiciones más elaboradas se dan en el cortejo, a menudo compuesto de complejas combinaciones de muchos movimientos distintos; el éxito reproductivo de los machos puede depender de la calidad de dichas exhibiciones. También utilizan los reclamos para atraer a la pareja o evaluar las posibles parejas.

  1. Aislamiento reproductor: cada una de las etapas del cortejo, depende del comportamiento del congénere. El macho solo pasará a una segunda etapa de exhibición si la hembra muestra determinado comportamiento de complicidad, y pasará a una tercera solo cuando ella realice un segundo comportamiento clave. Sucesivamente, los comportamientos de ambos se van encadenando, sincronizando en el tiempo y determinando finalmente la cópula o la liberación de los gametos al medio ambiente.

 

Ningún animal que no esté fisiológicamente apto para la fertilización podrá completar esta exigente cadena de comportamiento.

 

Recordemos que…“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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