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El caso de las abejas y las hormigas “zombis”

30 de diciembre de 2016

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Zombi ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente
y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas
mecánicamente como si estuviera privado de voluntad

 

¿Existen abejas “zombis”? Un equipo de San Francisco State University está investigando este fenómeno. Uno de los investigadores descubrió, casualmente, mientras buscaba insectos muertos que había muchas abejas muertas alrededor de una farola y que los cadáveres tenían larvas del parásito de la mosca de la escotilla.

Entonces decidió conjuntamente con otros miembros del equipo rastrear a 500 abejas por radiofrecuencia. Para esto las marcaron con micro rastreadores de radio. Las abejas entran y salen de su colmena a través de un pequeño tubo equipado con escáneres laser que registran los movimientos de los insectos, así se sabe si regresan o no.

Se vio que las abejas infectadas abandonan su colmena durante la noche y se agrupan en torno a luces para moverse en círculos cada vez más erráticos y finalmente perecer. Si las abejas infectadas abandonan la colmena exclusivamente de noche, un momento en que ellas no suelen alejarse, podría ser indicio de que los parásitos controlan la mente de sus víctimas. La pregunta que se hacen los investigadores es: ¿Realmente la abeja es controlada por el parasito que la lleva a cometer el suicidio, o este se ve provocado por el propio insecto para proteger a su colmena de una infección generalizada? Una vez confirmada la existencia de las abejas “zombis”, los estudiosos de este extraño comportamiento han decidido investigar el porqué de este fenómeno y sobre todo, las peculiaridades de su comportamiento. Este estudio también podría ayudar a los investigadores a descifrar el misterio del “colapso de las colonias” un fenómeno que hace que las abejas abandonen sus colmenas y que ha devastado numerosas poblaciones de estos animales en los últimos años.

 

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Hormiga del género Camponotus

 

 

¿Existen hormigas “zombis”? Mientras que las hormigas normales rara vez se desvían de un camino marcado sobre el árbol, las hormigas “zombis” deambulan sin dirección, y sufren convulsiones que provocan que estos animales caigan al suelo del bosque.

¿Qué les pasa a esas hormigas “zombis”? Veamos. Los científicos llevan varios años estudiando a las hormigas de la especie Camponotus leonardi que viven en Tailandia para valorar la interacción insecto-hongo. El hongo entomopatógeno Ophiocordyceps unilateralis tiene preferencia por esta especie de hormiga. Las esporas del hongo entran en el cuerpo de la hormiga, casi seguro, a través de la cutícula mediante cierta actividad enzimática.

Al comienzo de la infección, las hormigas infectadas llevan a cabo su rutina normal: viven en sus nidos, interactúan con otras hormigas e incluso se alimentan. Pero luego de tres a nueve días, las hormigas infectadas se convierten en “zombis”. Entonces el hongo le “ordena” alos insectos que se aferren a una hoja. Aquel se ha multiplicado dentro de las hormigas, provocando que las fibras musculares de los músculos que abren y cierran la mandíbula de las hormigas, se separen, dando lugar a una contracción mandibular, que hace que las hormigas infectadas sean incapaces de liberarse de la hoja, incluso después de morir. Probablemente, señalan los autores del estudio, el hongo no ataca directamente el cerebro de las hormigas, sino que segrega compuestos que lo afectan, así como al resto del sistema nervioso, que hace que las hormigascambien su comportamiento. Los compuestos deben tener un efecto sobre las neuronas motoras responsables de controlar los movimientos. De esta manera, las hormigas escalan el tallo de una planta y usan sus mandíbulas para fijarse a las hojas, esta mordida la ejercen las hormigas infectadas con una fuerza fuera de lo normal. A estas alturas de la infección, “la parte de hongo aumenta hasta que la conducta de la hormiga ya no es la suya propia”, dijo uno de los científicos.

Tema 93. Hormigas muertas mostrando el cuerpo frectífero del hongo Ophiocordyceps unilateralis

Hormigas muertas mostrando el cuerpo frectífero del hongo Ophiocordyceps unilateralis

Es muy interesante lo que ocurre en el momento en que el hongo “obliga” a la hormiga a morder la hoja, porque este evento depende, al menos parcialmente, de las condiciones ambientales, así que si el sotobosque está demasiado seco, el hongo “se retira y espera” a que mejore el ambiente. Es, a la vez, sorprendente y admirable.

Las hormigas “zombis” mueren encerradas en las hojas. Esto propicia un ambiente estable alrededor de ellas para que el hongo crezca. Llegada esta etapa, el hongo,que ya ha utilizadoalgún tóxico que mata a su huésped, continúa creciendo hasta que su micelio invade más tejidos blandos y refuerza estructuralmente el exoesqueleto de las hormigas. Al ver así a las hormigas, uno de los investigadores exclamó: “Me recuerdan a las quimeras: parte hormiga y parte hongo”.

Muchos más micelios del hongo se proyectan desde la hormiga y se anclan a la planta mientras secretan antimicrobiales que elimina la competencia. El hongo sigue creciendo y sale a través de la parte superior de la cabeza de las hormigas muertas, como si fuera un cuerpo fructífero, con cierto parecido a la cornamenta de un ciervo, este estroma libera esporas que serán recogidas por otras hormigas errantes.

Los investigadores observaron que las hormigas “zombis” muerden al mediodía y después mueren. Pero, la razón exacta por la que esto es así sigue siendo un misterio.Han llegado a especular que el hongo podría estar utilizando la luz solar que facilitaría la sincronización de la parte final de la infección.

Todo el proceso completo, desde la infección hasta la liberación de las esporas, transcurre entre dos y tres semanas.

La mayor parte de las hormigas portadoras del hongo se encontraron en zonas con un 95% de humedad y temperaturas entre los 20 y 30gC.

Estas investigaciones podrían tener alguna aplicación práctica en la elaboración de insecticidas biológicos que tengan como objetivo las plagas.

 

 

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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