El Caisimón de Anís

12 de febrero de 2016

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Diana García García

 

 

El caisimón de anís es una planta medicinal de nombre científico Piper auritum, conocida en otras latitudes por nombres como hoja santa, acuyo, acoyo, hierba santa y cordoncillo blanco, entre otros.
Entre las propiedades que se le atribuyen al caisimón cabe citar: emoliente, antirreumática, diaforética, diurética y estimulante y se le reconoce su empleo para el tratamiento de las cefaleas.
Es una planta frondosa, que alcanza gran altura. Sus hojas son grandes y en forma de corazón, con flores que tienen forma de espiga de color verde pálido a blanco.
Natural de México, América Central y el norte de América del Sur, su localización es espontánea después del cultivo, mayormente en zonas boscosas y húmedas.
Según la literatura y algunos testimonios de personas, el caisimón de anís se emplea en padecimientos como la inflamación, como galactógeno y acelerador del parto, para el dolor de estómago o espasmo, la falta de apetito y el estreñimiento.
Su uso también se indica en enfermedades como asma, laringitis, reumatismo, en llagas, riñones, para la vista, purificar la sangre, en mordeduras de víbora, dolores musculares, cólicos, para dar baños a los recién nacidos, para el pujo, contra las lombrices intestinales, el susto y para quemaduras.
Puede ser utilizada en tintura para administrarse en afecciones gastrointestinales o para todo tipo de dolor o en emplastos para el alivio de la inflamación o quemaduras en alguna parte del cuerpo.
La tintura es una preparación en la cual se mezcla alcohol, agua y una porción de la planta y se deja reposar durante dos semanas. Pasado ese tiempo se cuela y se deposita en otro frasco. Normalmente se administra la dosis de 20 gotas diluidas en un cuarto de vaso de agua.
También puede utilizarse en emplastos para dolores musculares o quemaduras. Para ello se calientan las hojas durante unos 3 minutos, después se exprimen para eliminar el exceso de agua y se aplican calientes sobre la zona afectada, cubriéndolas con una gasa o un lienzo para que puedan sostenerse durante el tiempo de la aplicación.
Algunos especialistas recomiendan hacer un uso moderado del caisimón. No se debe usar en grandes cantidades, ni por largos períodos, ya que aunque en personas no se han reportado casos desfavorables, en experimentos con ratas se ha detectado en dosis elevadas cierta toxicidad.