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El bárbaro del ritmo (III)

27 de marzo de 2018

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Benny-Moré-Foto-Gramma.

 

Continuando hoy mi comentario sobre Benny Moré, en el 55 aniversario de su desaparición física, debo decir que pertenecer a la RC Víctor como artista exclusivo, fue muy importante para él, desde el punto de vista artístico, pero para la firma discográfica también, desde el punto de vista económico, por la gran demanda que tenía este músico cubano. Y fue por eso que cuando decidió crear su orquesta, aplaudió la iniciativa.

La Banda Gigante, se convirtió en un “boom” desde que debutó en la Colonia Española de Placetas (Villa Clara) el 1ro. de agosto de 1953, por lo que de inmediato se presentó en un espacio estelar del Circuito CMQ: Cascabeles Candado, y aunque hubo quienes asociaron su estilo al de Pérez Prado, el relevante investigador Leonardo Acosta planteó que “mantenía un estilo muy parejo y muy propio” y que la diferencia principal “es que Dámaso tenía un sistema eficaz y novedoso, pero rígido. /…/ Con Benny los saxos podían tocar al unísono, pero por lo general eran cinco voces y el registro medio sonaba lleno.” Esta agrupación musical sufrió varios cambios en sus integrantes, porque Benny aspiraba a tener los mejores músicos posibles, y lo consiguió. Entre sus cantantes se encontraba Fernando Álvarez a quien se le atribuye una de las mejores interpretaciones de “Dos gardenias”, de Isolina Carrillo. La Banda Gigante y su director, ocuparon los más altos niveles de demanda popular y ahí están sus grabaciones, hasta 1962, que explican las razones.

En cuanto a la informalidad de este gran artista cubano, difundida por la prensa sensacionalista de la época, no puede negarse que Benny llegaba tarde o se ausentaba de actuaciones, pero ha quedado demostrado que en ello incidían dos factores: por una parte, llegó a firmar dos contratos que coincidían en día y hora, sin darse cuenta; por otra parte, inescrupulosos patrocinadores y organizadores de bailables, lo anunciaban como “gancho” comercial, sin que existiera tal programación. Fue así como comenzó la campaña contra él a la que hizo oídos sordos la RCA Víctor, que continuó con sus grabaciones.

Un aspecto que no puedo dejar de mencionar, es la importante presencia de Benny Moré en el elenco artístico de Radio Progreso durante los años 50 de la pasada centuria, de cuyas grabaciones sólo ha quedado  cinco placas, y algunas cintas magnetofónicas, algo insólito. Por estos años Benny se presentó en espacios públicos bailables y en los cabarets: Sierra, La Campana, Tropicana, Night and Day, Alloy Club, Sans Souci y Alí Bar… Compartió el escenario de Montmartre con Olga Guillot, Luis Carbonell, Sonia Calero y Carlos Pous, y el espacio televisivo Cabaret Regalía con Esther Borja, Celina y Reutilio, Cuarteto de Orlando de la Rosa, el Trío Antillano y el tenor mexicano Pedro Vargas con quien realizó algunas grabaciones. El 9 de agosto de 1954, actuó en el Teatro América junto a Fernando Albuerne, y en esa revista musical también estuvieron Olga Guillot y el Cuarteto D’Aida. Pero nadie imaginaba que el Benny estaba muy enfermo, por lo que en varias ocasiones se vio obligado a abandonar las actuaciones. Sin embargo, en 1955, realizó giras a Colombia, Venezuela, Panamá, Puerto Rico, Haití, Curazao, República Dominicana, México… sin abandonar sus actuaciones en Cuba, incluyendo el exclusivo Teatro Auditorium. Y es que el gran amor de Benny Moré fue la música, y a ella se dedicó hasta que la enfermedad le impidió levantarse de la cama donde dejó de existir el 12 de febrero de 1963, en la ciudad de La Habana.

Para ampliar la información incluida en estos tres comentarios, recomiendo leer el libro: “Ofrenda Criolla: Aproximación a una discografía de Benny Moré”, del musicólogo José Reyes Fortún, editado por el Museo de la Música.

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