El asma y los medicamentos

25 de abril de 2014

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Diana García García

El asma es un padecimiento crónico que afecta las vías respiratorias provocando un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial. En esta enfermedad se inflaman los bronquios en forma recurrente ó continua, produciendo una obstrucción de los tubos bronquiales encargados de conducir el aire respirado hacia dentro ó hacia fuera. Ésta obstrucción puede ser de una intensidad variable y sucede habitualmente en forma de “crisis”. Algunas de ellas ceden solas y otras requieren tratamientos especiales. Tienen frecuencia variable, en algunos casos ocurren una ó 2 veces al año, pero generalmente suceden varias crisis agudas en un período corto de tiempo, sobre todo en las épocas de cambio de clima como el otoño y la primavera, ó en el tiempo de frío.
Se estima que 300 millones de personas en el mundo padecen actualmente de asma bronquial y los pronósticos para el 2025 estiman que esta cifra se multiplicará entre 45 y 59 %, lo que representaría aproximadamente 100 millones más de personas en el planeta sufriendo la enfermedad. En nuestro país el asma bronquial constituye también un importante problema de salud, según estadísticas publicadas en el año 2008, en Cuba padecen de asma entre el 8 y el 10 % de la población.
Además de determinadas precauciones relacionadas con su enfermedad, los asmáticos siempre deberán tener cuidado a la hora de tomar medicamentos para otros problemas de salud, ya que algunos de ellos pueden empeorar este padecimiento. Si bien no todas las personas que tienen asma experimentan problemas cuando toman determinados medicamentos, si es importante conocer cuales medicamentos podrían causar problemas antes de tomarlos.
La aspirina y los antiinflamatorios no esteroideos, conocidos por las siglas AINE, como el ibuprofeno, el naproxeno o el piroxicam, pueden afectar a los asmáticos, por ello las personas que padecen asma siempre deberán consultar con el médico antes de tomar cualquiera de estos medicamentos.
El acetaminofén o paracetamol es el medicamento de elección para ser tomado por los pacientes asmáticos para calmar el dolor y bajar la fiebre. Este medicamento muy pocas veces empeora el asma, pero si se presenta algún efecto no deseado, no debe dejar de decírselo al médico.
Los beta-bloqueadores son medicamentos usados para el control de la presión arterial y las enfermedades del corazón. Este grupo de medicamentos incluyen el propranolol, el atenolol y el metoprolol. Todos ellos pueden tener efectos desfavorables en el paciente asmático, por eso si se han empezado a tomar beta-bloqueadores y se siente que el asma empeora, es importante buscar el consejo médico.
Otras sustancias de cuidado para los pacientes asmáticos son los medios de contraste que se emplean para realizar radiografías. Estos pueden afectarlos, por ello antes de hacerse un examen de rayos X es conveniente que le advierta a su médico de su padecimiento para que determine lo más apropiado según el caso.
De modo general es bueno observar que cualquier medicamento puede provocar respiración sibilante o falta de aire si se es alérgico a él. Por ello, si observa que el asma empeora cada vez que toma un determinado medicamento, lo mejor es informarle al médico de esta situación cuanto antes.