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El aliñao oriental que alegremente cruza fronteras

12 de noviembre de 2020

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aliñao oriental

 

Comúnmente, no es fácil encontrar con las herramientas a la mano, el origen de costumbres e incluso de productos conocidos de aquellos que forman el universo de nuestras ofertas gastronómicas. Entonces, no es de extrañar la recurrencia con que recurrimos a facilidades idiomáticas para rellenar esta carencia. Así nos ocurre con el Aliñao, tipicidad que parece no cruzar más allá el siglo XIX y que hoy en día sus orígenes se basan en ciertas suposiciones.

La Enciclopedia Cubana (ECURED), acopia y difunde una observación interesante que viene bien al caso y puntualiza un hecho especifico que puede haber sido repetido por muchas familias, lo que aparentemente dio pie al origen de esta costumbre. Por nuestra parte hacemos una acotación en el sentido que la agualoja no era una bebida espirituosa y por mucho tiempo calificó, junto con la limonada, como uno de los refrescos nacionales. “Surge a partir de la innovación que realizaron los esclavos de una bebida espirituosa llamada agualoja, la cual fue aprobada por sus dueños para ser consumida en las fiestas del día de reyes. Esta agualoja se elaboraba hirviendo canela, anís y hojas de higo con azúcar de pilón o raspadura de caña. A este caldo colado y ya frío se le agregaba aguardiente. A la mencionada bebida, los esclavos de la familia Milanés, de Bayamo, comenzaron a agregar dulces de frutas en almíbar en pequeños trozos y ciruelas pasas deshidratadas o en dulces de los restos de las comidas ofrecidas a los amos. Esto se convirtió en la agualoja aliñada, o sea Aliñao, que en el transcurso del tiempo y con algunas modificaciones pasó a ser la bebida tradicional ante el nacimiento de un bebé”.

De hecho, el Aliñao, es una bebida popular elaborada con frutas, almíbar y alcohol. Según esta costumbre, conservada hasta los momentos actuales en la parte oriental de nuestro país y fundamentalmente en el territorio que ocupan las provincias de Granma, Holguín y Las Tunas, durante el embarazo de una gestante, la familia se encargará de la elaboración del Aliñao con el fin de agasajar con este brebaje, a quienes los visiten para conocer al recién nacido. Esta operación corre pareja a la confección de la canastilla o ajuar del infante. Las visitas son obsequiadas con pequeñas dosis de esta bebida que tendrá semejanza con el licor. Es marcadamente dulce, algo espesa, aromatizada y de tono subido de alcohol. Si la cantidad preparada lo permite, se guardan botellas que se destaparán en futuros cumpleaños de la criatura.

No existe una receta única para su preparación y por ello las proporciones e ingredientes dependen tanto de los gustos como de las posibilidades de la familia de la futura madre. Usualmente se utiliza una base que puede ser jugo de frutas, envasados en un recipiente de gran capacidad –no menos de 20 litros–, preferentemente de cristal. Sobre esta se adicionan diversas frutas –cocidas o no–, cortadas en trozos menudos, aguardiente de caña o ron y almíbar que se hace con azúcar parda. Aunque no está escrito en ningún lugar, sería inusual y atípico la utilización de bebidas alcohólicas exóticas como whisky, ginebra o vodka, por poner ejemplos, aunque el vino tinto podría aceptarse al igual que determinadas frutas no tropicales como pasas, manzana o pera.

Con la idea de realzar el pegamento de esta tradición, se me ocurre brevemente contar una experiencia cercana. Mi esposa y yo procedemos de Holguín y no escapamos a esta regla. En ocasión de la espera de nuestro primer nieto preparamos -aquí en La Habana- el consabido aliñao, y en su momento, agasajamos a las amistades que acudieron por el acontecimiento. Algún tiempo después, mi esposa fue al extranjero para visitar a familiares cercanos (orientales también). En el proceso de preparación del viaje se le ocurrió incluir para llevar como obsequio, una botella de nuestro aliñao (cómo aquella botella sin etiqueta surcó las aduanas respectivas es otra historia) para encantar a los suyos. Pero definitivamente la sorprendida fue ella, pues los familiares antes dicho, sacaron de un lugar privilegiado una botella de aliñao preparado precisamente por ellos en aquel país hacía más de 40 años, en ocasión del nacimiento de una de sus primas que para el momento de su visita ya tenía hasta nietos.

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