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El alcohol y las emociones (I)

17 de mayo de 2013

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De forma frecuente muchas personas llegan al alcohol o a convertirse en alcohólicos, porqué lo han usado como recurso para evadir situaciones molestas, conflictos de esos que llamamos de aproximación – rechazo, y se van por la embriaguez como un mecanismo de evasión a la realidad.
Este tipo de consumidor de alcohol que lo hace para evadir la situación molesta o conflictiva, nunca intenta asumir la misma, ni mucho menos darle solución, atenuarla o aprender a vivir con ella en caso de no lograr solucionarla o atenuarla. El alcohol es la vía más fácil y efectiva para estas personas, es como ese famoso cuento de “Tirar el sofá”.
Este consumidor crónico de alcohol no intenta superar las circunstancias de vida problemáticas generadoras de estrés, sino más bien se centra en eliminar o atenuar los estados emocionales negativos que de ello resultan. Pongamos un ejemplo, la persona que ha sido abandonada por su pareja, puede que acuda al alcohol para  aliviar el padecimiento de la soledad y evadir esa amenaza de verse afectada su autoestima, porque tiene un bajo nivel de tolerancia a las frustraciones, e igual que otra persona puede acudir a otros mecanismos, como es el de echarle la culpa a otro y no ver sus errores y aciertos en la situación, este, el alcohólico hace la evasión a través de la adición que puede llegar a convertirse, casi siempre, en crónica, en enfermar de alcoholismo, pero siente la “satisfacción” y lo pongo entre comillas, de que no sufre las emociones negativas de esa separación aunque no resuelva el conflicto.

¿Por qué el  alcohol hace posible ese “milagro de evasión del problema”?

EL consumo de alcohol reduce la atención sobre uno mismo. Las personas que se prestan a sí mismas una atención exagerada, reaccionan ante los fracasos con tremendas dudas sobre sí mismas. Tienden a ver exclusivamente en sí mismos toda la culpa. En el ejemplo que citamos, en vez de reconocer que la relación de pareja terminó por determinada causa, ya no le interesa a la otra parte continuar la misma, con o sin la presencia de una tercera persona, o se perdió el amor, pero en este caso, la parte que acude al alcohol para evadir la situación puede decir con frecuencia frases como: “Si yo fuera mas joven, mas bonito, inteligente y tuviera dinero no me hubieran abandonado, si yo fuera mas alegre, mucho más divertido, bailador, y la hubiera halagado mas, no me hubieran abandonado”, o en el caso de que sea la mujer, “Si yo hubiera sido mas cariñosa, mas dedicada a él como esposa, no se hubiera marchado”, en fin, todas esas frases justificativas para evadir la verdad de lo ocurrido en concreto.  En realidad cuando se acude a esta salida del problema o de la circunstancia surgida a través del alcohol o de otras sustancias, lo que esta sucediendo es que por los efectos del alcohol la persona se auto percibe, se ve mucho mas reducida, y con el estado de embriaguez puede librarse de la valoración negativa que hace de sí mismo.
Por otra parte es conocido que todo lo que se dice y se hace bajo los efectos del alcohol, un tanto que se justifica socialmente, porqué se dice que no sabemos los que hacemos y lo que decimos, de ahí ese viejo proverbio que dice: “En embriaguez se sabe lo que se dice, pero se pierde la vergüenza y por eso se dice cualquier cosa”, pero de ello les propongo conversar en otro momento.

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