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Edificio de la calle Oficios No. 212 esquina a Muralla

7 de enero de 2019

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Antes: comercio y vivienda.
Hoy: Relojería “Cuervo y Sobrinos” / vivienda (altos)

 

Oficios 212, antes

Oficios 212, antes

 

La relojería Cuervo y Sobrinos en el centro histórico de nuestra ciudad, ocupa la planta baja del inmueble ubicado en las calles Oficios y Muralla, después de haber sido rehabilitado por los especialistas de nuestra institución. Un esmerado proyecto de diseño interior se ejecutó para acoger el nuevo uso, por lo que elegancia y confort atrapan al visitante. La planta alta se destinó a vivienda, como parte de la obra social desplegada por la Oficina del Historiador.

Entre los propietarios de la antigua casa, figuraba a mediados del siglo XIX la Marquesa de Rendón y sus descendientes. En las primeras décadas del siglo XX estuvo arrendada a varias compañías comerciales, entre ellas “Carbonell Sánchez y Cía.” y “Sánchez Fernández y Compañía”, sucesora de la anterior, por solo citar algunas.

 

Oficios 212, obras

Oficios 212, obras

 

La antigua edificación colonial que ocupó esta parcela de terreno no resistió a los avatares del tiempo, de ahí que en las primeras décadas del pasado siglo XX se reconstruyó con marcado eclecticismo, llegando a nuestros días, el edificio que se destinó a vivienda con comercio en planta baja

Se conoce que la firma “Cuervo y Sobrinos” se fundó hacia 1885. En 1917 tenían instalados sus almacenes y despacho en la calle Muralla, destacándose desde antaño por la venta de sus exclusivos relojes. Posteriormente se trasladaron al corredor comercial de San Rafael y Águila. La prestigiosa firma era la única empresa importadora en nuestra isla de las muy reconocidas marcas “Roskopf y Longines”. Además de los afamados relojes, vendían joyería de primera calidad.

 

Oficios 212, después

Oficios 212, después

 

Para evocar la memoria de la prestigiosa firma se rehabilitó este espacio que cuenta con una pequeña tienda, un espacio para museo y un bar. Aquí se atesoran variadas colecciones de alta relojería.

La antigua marca fue rescatada por una empresa italiana con elegantes modelos que evocan los famosos cortes de los puros habanos. Los nuevos relojes mantienen la misma calidad que sus antepasados, relacionándose ahora con el placer de fumar. La valiosa joya se entrega como detalle de lujo en un auténtico humidor –caja climatizada para conservar exquisitos puros–.

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