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Edificio de la calle Mercaderes No. 201 esquina Amargura

28 de agosto de 2017

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Antes: Edificio de vivienda y comercio en planta baja.
Hoy: vivienda y Café “Habana”.

 

Mercaderes 210 antes de la rehabilitación

Mercaderes 210 antes de la rehabilitación

 

Tomando en cuenta sus características constructivas, este edificio de la calle Mercaderes esquina Amargura, se construyó en la primera mitad del pasado siglo XX para destinarse a vivienda, con establecimiento comercial en planta baja. Como es de suponer, la nueva fábrica ocupó la parcela de terreno que perteneció a otras viviendas coloniales desaparecidas.

 

Mercaderes 210 después de la rehabilitación

Mercaderes 210 después de la rehabilitación

 

El local comercial de los bajos, pasado el tiempo se fue deteriorando hasta que dejó de funcionar como bar-cafetería y finalmente se convirtió en almacén. Su aspecto descuidado, daba un triste aire de abandono a la intersección de tan importantes ejes viales. Por ello, cuando los trabajos de reanimación en esta zona comenzaron a tomar fuerza y se trabajaba en todas sus construcciones y espacios, se hizo imperioso intervenir el edificio y sobre todo restituir la función en la planta baja.

 

Café Habana, obras

Café Habana, obras

 

La obra social de la Oficina del Historiador no se hizo esperar. Expandiendo sus brazos llegó al citado inmueble, donde se trabajó en la reparación interior de los apartamentos destinados a vivienda, para garantizar mejor confort a los vecinos, además en fachada, fueron restituidos los elementos perdidos o dañados por el paso del tiempo, ejecutándose labores de mantenimiento y pintura en general.

 

Café Habana, obras

Café Habana, obras

 

En los años ‘90 el local de planta baja se restableció la función comercial y abrió sus puertas el Café Habana, espacio siempre frecuentado, que agradeció con creces la población de los alrededores y sus continuos usuarios. Dicho establecimiento contaba con un pequeño restaurante que a la par brindaba servicios, anexo a la barra, donde se expendían refrescos, dulces tradicionales como el arroz con leche y el aromático café. Periódicos trabajos de restauración garantizaron por años el funcionamiento ininterrumpido del local, caracterizado por el amable servicio del personal que allí laboraba a diario.

 

Café Habana, hoy

Café Habana, hoy

 

Sin embargo, pasadas dos décadas un nuevo proyecto de reanimación y rehabilitación se ejecutó para favorecer la imagen del tan frecuentado café que muestra hoy un elegante y sencillo diseño interior.

Hace poco tiempo reabrió sus puertas para continuar brindando servicios a cubanos y visitantes amantes del buen café cubano y otros platos de sencilla elaboración que se expenden en el área continua a la barra y hacen las delicias de sus usuarios. Le auguramos larga vida al establecimiento, que ya se considera emblemático, en las antiguas calles de Habana y Amargura.

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