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Edificio de la calle Cuarteles 120

21 de junio de 2013

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Antes: vivienda
Después: Edificio de apartamentos para vivienda

A mediados del siglo XIX se encontraba en estado ruinoso la antigua construcción de mampostería y tejas que ocupaba esta parcela de terreno, a pesar de esto desafió el paso del tiempo para arribar al siglo XX.  En el transcurso de esta centuria tuvo diferentes propietarios, entre ellos doña María Josefa y don José María Terry de Diago, “Marqués de La Cañada”, luego pasó a manos de sus descendientes.

En 1905 la compró el comerciante Vicente María Julbe y Molina y dos años más tarde, en subasta pública la adquirieron los hermanos de apellido Hernández; paulatinamente cada uno fue vendiendo la porción que le pertenecía, quedando en manos la antigua construcción de la Sociedad Anónima denominada “Inmobiliaria Galbán y Compañía S.A.”

En 1944 compró esta casa la señora Encarnación Sánchez Cil, quien tuvo a su cargo la demolición de la antigua construcción dos años más tarde para levantar el edificio de apartamentos para la renta que llega a nuestros días, con tres plantas de altura y en cada una de ellas seis apartamentos, proyecto que recayó en manos del arquitecto Fernando de Castro, quien empleó en la obra materiales novedosos, sólidos y duraderos, hormigón y ladrillos monolíticos.

La referida propietaria y el señor Rafael Sánchez constituyeron en 1951 por términos indefinido, una Sociedad Civil particular  de forma anónima bajo la denominación “Arrendadora Lofikimi S.A”, para dedicarse al arrendamiento de casas, edificios y terrenos. Luego del triunfo de la revolución cubana, el edificio fue nacionalizado y sus inquilinos adquirieron la propiedad de sus apartamentos. Hasta nuestros día ha desempeñado como edificio de viviendas manteniéndose en buen estado de conservación; es curioso su afiliación al estilo neocolonial, respetando el entorno donde se levantó, según lo estipularon las Ordenanzas de Construcción de la época.

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