Edificio de la Aduana de La Habana y sus tres espigones San Francisco, Machina y Santa Clara VI

3 de mayo de 2013

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Yamira Rodríguez Marcano

En ese mismo año -1910- la Compañía del Puerto, representada por su Presidente el Señor Ernest L. Conant,  y por orden de la Junta Directiva de la referida sociedad, vende, cede y traspasa la citada concesión a la Port of Havana Docks Company –Sociedad Anónima organizada bajo las Leyes del Estado de Maine, representada por su Vicepresidente el Señor Eugene Klapp-, por el precio de $78 000. Este traspaso fue reconocido por el Presidente de la República José Miguel Gómez en decreto número 184, publicado en la Gaceta Oficial el 15 de mayo de 1911. A William Van Horne se le debe la construcción del ferrocarril central de Cuba, obra postergada por los españoles desde mediados del siglo XIX. Iniciada en 1900, fue concluida en tiempo récord en 1903.
Para estas fechas la Sociedad Anónima Port of Havana Docks Company estaba presidida por  William C. Van Horne y Richards, constructor del Canadian Pacific Railwayy un importante promotor en toda América de proyectos viales y de comunicación en general. En su carácter de Presidente, Van Horne constituyó hipoteca sobre la referida concesión a favor de la Sociedad Anónima estadounidense, por la cantidad de 800 000 libras esterlinas.

La Port of Havana Docks Company manifestó entonces que estaba obligada a construir el muelle C 10 años después de la terminación del muelle B, y el D 5 años después de la terminación del muelle C;  y que con el propósito de mejorar las condiciones existentes, acometería inmediatamente la construcción del resto de las obras, siempre que el Estado, por su parte, accediera a ciertas modificaciones que redundarían en beneficio del servicio público que prestaba, como por ejemplo refundir en un solo cuerpo de construcción los correspondientes a los muelles C y D; ampliar los actuales espigones o muelles A y B en ese momento, construyendo 2 fojas laterales de 9,15 metros de ancho; construir sobre las fojas laterales que se proyectan en los tres espigones dobles vías de ferrocarril, los cuales conectarían con otra doble vía que habría de instalarse en el espacio comprendido entre el edificio marginal y la rejas del frente de la calle, que a su vez conectará con las paralelas que ya existen frente a los muelles de Paula, para buscar salida por el ramal de los Ferrocarriles Unidos al muelle de Paula (Havana Central Railway) a los lugares del interior para el transporte de la carga que se reciba en ese destino; modificaciones éstas que por su naturaleza tienden a perfeccionar las obras concedidas mejorando las condiciones de las mismas, comprometiéndose además la expresada Compañía peticionaria a construir o proveer por su cuenta almacenes afianzados de depósitos a fin de evitar la congestión de mercancías en sus muelles y almacenes. La Compañía solicitó también que se le prorrogara el tiempo de reversión de las obras a 99 años, y en vez de hacer uso de los plazos que se le fijaron para continuar las obras hasta la terminación, se proponía realizarlas inmediatamente.

De ahí que, el Presidente de la República, Mario García Menocal, en uso de las facultades que le confiere la Constitución y demás leyes regentes a la materia; y a propuesta del Secretario de Sanidad y Beneficencia e interino de Obras Públicas, F. Méndez Capote, dispuso accedió a las modificaciones enumeradas en la solicitud presentada por la Port of Havana Docks Company.
Esta compañía hace constar en el Registro de la Propiedad que ha terminado la construcción de sus muelles, que de los cuatro proyectados originalmente sólo se construyeron tres de mayores proporciones. O sea, el que da frente a la Plaza de San Francisco, con 213 metros de largo por 50 metros de ancho; el que da frente a los almacenes de la Aduana en San Francisco, de 195 metros de largo por 50 metros de ancho; y el otro que forma un solo cuerpo en el emplazamiento indicado respecto del muelle C.