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Dos grandes cineastas italianos en una Habana de medio milenio

18 de noviembre de 2019

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Solo los múltiples festejos dispersos el pasado viernes 15 de septiembre por esta ciudad tan real y maravillosa que es La Habana, justifican que la sala 23 y 12 de la Cinemateca de Cuba, no se haya colmado —como en ediciones anteriores de la Semana de Cine Italiano—, para la inauguración del ciclo «Tributo a dos maestros: Valerio Zurlini y Gillo Pontecorvo».

Por la ciudad de las columnas, que tanto adoraba como a cuanta criolla le pasaba por el lado, se paseó Gillo Pontecorvo más de una vez, sempiterno seductor como Valerio Zurlini, los unía no solo la pasión por el cine, al que aportaron no pocas obras maestras, sino las mujeres que se disputaban (y como en una commedia all’italiana), también se peleaban por estos amantes tan connotados.

La Cinemateca de Cuba, en colaboración con la Embajada de Italia en nuestro país, presenta desde el viernes 15 y hasta el jueves 28 de noviembre, a las 5:00 p.m. en la sala 23 y 12, un homenaje a estos dos realizadores que nos cautivaron con la magia de su cine: Gillo Pontecorvo, nacido en Pisa en 1919, y Valerio Zurlini, que vio la luz por primera vez en Bologna en 1926. Habría bastado al primero realizar La batalla de Argel (1966) para ocupar un lugar en la historia del cine, pero nos legó un conjunto de títulos de los que hemos logrado obtener copias de casi la totalidad de su filmografía. Incluimos El ancho camino azul (1957), su primera experiencia con actores profesionales, que se exhibe en calidad de estreno absoluto en Cuba, gracias al aporte de la embajada italiana.

 

La batalla de Argel - La battaglia di Algero (Gillo Pontecorvo)

La batalla de Argel – La battaglia di Algero (Gillo Pontecorvo)

 

Siempre se caracterizó por su estilo duro, descarnado, casi brutal que intenta llegar al público por medio de la emoción. Otros dos títulos previstos son sus resonantes Kapó (1960), en torno al holocausto, Queimada (1969), con el inmenso Marlon Brando, que se proyectará aquí por primera vez en colores y el estreno de Operación Ogro (1979), sobre el atentado a Carrero-Blanco en España, que cerrara su itinerario. Advertimos que la muestra no incluye La batalla de Argel, porque su copia recién restaurada se exhibirá por primera vez en Cuba, por cortesía del Istituto Luce de Cinecittá —a quien debemos el equipamiento técnico de la sala capitalina 23 y 12—, en el venidero Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Si la obra de Pontecorvo provocaba estallidos y con La batalla… otorgó un personaje coral al cine italiano, la de Valerio Zurlini suscita siempre con su intimismo el estudio de los caracteres. Tenemos el privilegio de programar a partir de la première del documental Valerio Zurlini: Los años de las imágenes perdidas (2012), dirigido por Adolfo Conti, la filmografía casi íntegra de este importante creador que desde los años sesenta llamó la atención del público cubano con La muchacha de la valija, si bien nos llegara mucho más tarde, —¡y solo en video!— su desgarradora Crónica familiar, que compartiera el gran premio, León de Oro en Venecia nada menos que con La infancia de Iván, la opera prima de Tarkovski. Los estudiosos de su quehacer señalan su interés por abordar, desde una óptica personal el universo de los jóvenes y algunos definen que se trata de un cine de la memoria y la adolescencia. «En la vida uno hace los filmes que puede, no los que quiere», confesó en una entrevista tras la frustración de un viejo proyecto.

 

La muchacha con la maleta - La ragazza con la valigia (Valerio Zurlini)

La muchacha con la maleta – La ragazza con la valigia (Valerio Zurlini)

 

No pocas frustraciones experimentó el genial Federico Fellini a lo largo de su carrera, la más notoria, la imposibilidad de filmar El viaje de G. Mastorna, su sueño más recurrente. La Cinemateca de Cuba, la Embajada de Italia y el proyecto CartelON, se anticipan a la conmemoración el próximo año del centenario de Fellini, que se celebrará en todo el mundo con la envergadura que amerita, con la apertura de una exposición de carteles de diseñadores cubanos e italianos de varias generaciones el día 6 a las 5 de la tarde en la Galería 23 y 12. Pero desde el día anterior, el primero en la programación del certamen, incluye en la sala sede de las funciones de la Cinemateca, el ciclo «Historias del cine italiano: una perspectiva documental», recorrido por páginas y figuras antológicas en su devenir y que recomendamos especialmente: Anna Magnani, Francesco Rosi, Vittorio de Sica, Piero Vivarelli y hasta el exilio forzoso de Andréi Tarkovski en Italia son algunos de los temas abordados. La exposición es un preámbulo de la gran retrospectiva que ofreceremos a lo largo de enero como tributo al creador de tantos clásicos. Fellini quiso contar alguna vez para uno de sus personajes con el protagonismo del actor Gian María Volontè, quien no se cansaba de recorrer La Habana Vieja, donde filmara Tirano Banderas, su última película. Estoy seguro que ambos coincidirían con Valerio Zurlini cuando expresó:

«El cine es un arte, un gran arte, que ha podido producir sus obras maestras casi siempre de forma semiclandestina, o por azar, o cambiando las cartas en la mesa en el último momento y enredando con justo cinismo las intenciones o la poca inteligencia de aquellos que pedían que se produjesen máquinas de hacer dinero».

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