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Dos felinos extintos: el tigre de Java y el leopardo de Zanzíbar

23 de noviembre de 2018

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En los últimos 100 años han desaparecido estos dos bellos felinos por la acción del hombre fundamentalmente.

El tigre de Java, Panthera tigris sondaica, es una subespecie de tigre que se encontraba originalmente en la isla indonesia de Java. De aspecto bastante similar al tigre de Sumatra (Panthera tigris sumatrae), se diferenciaba de éste por su pelaje más oscuro y rayas negras más finas, abundantes y apretadas, pero con muchas más rayas y con el pelo de las mejillas más largo.

Fueron muy abundantes hasta el siglo XIX, pero cuando la población humana comenzó a incrementarse en Java, destruyó cada vez más áreas de bosque para destinarlas a la agricultura. A esta pérdida de hábitat se añadió la caza, el tráfico de sus pieles y la disminución de las presas potenciales del tigre, que ocasionó a su vez un aumento de la competencia por conseguir lo que quedaba de éstas con otros depredadores de la isla como leopardos y perros salvajes.

En menos de 100 años, el tigre de Java pasó de ser considerado una peste a un animal en peligro. En la década de 1950 la población total ya se había reducido a 20 – 25 individuos dispersos por toda la isla, y en 1960 desaparecieron incluso del Parque Nacional de Ujung Kulon (famosa reserva natural de Java que acoge a los últimos rinocerontes de la isla).

El último lugar donde persistieron los tigres fue una remota área montañosa del sureste de Java llamada Meru – Betiri, que fue protegida en 1972, pero esto no los salvó porque aquí también padecieron de la tala y la roturación ilegal de tierras. Ese año se produjo el último avistamiento confirmado en la zona, y en 1979 se localizaron por última vez unas huellas que quizás podrían corresponder a tres ejemplares diferentes.

Desde entonces no hay evidencias fiables de la existencia del tigre de Java, a pesar de que se han realizado algunos supuestos avistamientos en Meru – Betiri que probablemente, según la opinión de algunos avezados, corresponden a leopardos.

Se dice que había tigres de Java en los zoológicos de Rotterdam, Berlín y varias ciudades de Indonesia, pero toda evidencia de los mismos se perdió durante la II Guerra Mundial.

Se sabe que las reservas creadas en Java a partir de los años 40 eran demasiado pequeñas para sostener una población de tigres y fueron, por tanto, incapaces de salvarlo.

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El leopardo de Zanzíbar, Panthera pardus adersi, es una subespecie endémica de la isla de Unguja en el archipiélago de Zanzíbar, Tanzania. El creciente conflicto entre la población humana y los leopardos en el siglo XX llevó a su demonización y al exterminio deliberado.

ubo algunos intentos de desarrollar un programa de conservación de los leopardos de Zanzíbar a mediados de la década de 1990, pero fueron abandonados cuando varios investigadores llegaron a la conclusión de que había pocas esperanzas de supervivencia de la especie a largo plazo.

El leopardo de Zanzíbar nunca ha sido estudiado en la naturaleza y la última ocasión en la que un investigador afirmó haber avistado uno fue a principios de la década de 1980. La mayoría de los zoólogos asumen que el leopardo de Zanzíbar actualmente se encuentra exinto. Sin embargo, según informes del gobierno de Zanzíbar indican que algunos leopardos fueron cazados a mediados de la década de 1990 y los habitantes de Unguja continúan afirmando haber visto leopardos y los acusan de matar a su ganado como ocurrió en 2002.

Las descripciones rurales de los zanzibaríes sobre los leopardos y sus hábitos se encuentran matizadas por la creencia extendida que gran parte de estos carnívoros obedecen a los brujos o que los brujos toman su forma, y son enviados para hacer daño o atormentar a los campesinos, los leopardos eran considerados “alimañas”. Para los campesinos zanzibaríes estas leyendas son el motivo por el que los leopardos se alimentan de su ganado, y de su aparición cerca de granjas y aldeas.

Durante el siglo XX la expansión de la población humana y de la agricultura en Zanzíbar fue en gran parte la causa del choque entre humanos y leopardos, pues la población humana se extendía hacia los territorios de los leopardos, y en consecuencia los carnívoros comenzaron a ser vistos con más frecuencia y el ganado doméstico a sufrir sus ataques. El conflicto creciente con los leopardos y el miedo llevaron a una serie de campañas para exterminarlos. Al principio se trató de actos locales, pero tras la Revolución de Zanzíbar de 1964 se convirtió en una actitud generalizada en toda la isla, en gran parte debido al miedo ya extendido entre la población y la campaña contra los leopardos. El resultado de esta campaña fue la causa que llevó a la especie al borde de la extinción.

Lo cierto es que el programa para la conservación de la especie que fue fundado por la organización CARE a mediados de la década de 1990, fue abandonado en 1997 cuando los investigadores de la vida salvaje no consiguieron encontrar evidencias sobre la presencia de leopardos en el bosque Jozani.

 

Recordemos que… “la naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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Comentarios



Alberto Pereira / 1 de abril de 2020

Hola desde Colombia , gracias por informar sobre la naturaleza y lo que el hombre ha hecho para tratar de salvar especies únicas y maravillosas desafortunadamente somos la especie más peligrosa para el planeta, saludos