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Diez efectos del castigo físico en los perros

5 de febrero de 2021

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“Es indecoroso de nuestra parte, insistir que solo los humanos sufren,
si nosotros mismos nos portamos de una manera tan indiferente frente a los demás animales.
El comportamiento de otros animales vuelve falsas tales pretensiones.
Ellos se parecen demasiado a nosotros”.
Carl Sagan

 

En breves palabras, el castigo es una sanción impuesta a un ser vivo que está “causando continuas molestias”, por ello, se ejecuta una acción, que puede ser tanto física como verbal, directa o indirecta, contra aquel que ha cometido la falta.

¿Tu perro se porta mal y consideras que castigándolo conseguirás solucionarlo?

El castigo es un elemento básico para la educación que debemos saber cómo emplear para que surta efecto y no se convierta en algo contraproducente. Castigar a nuestro perro debe ser siempre un acto EDUCATIVO para que comprenda que aquello que ha hecho no puede repetirse.

1. El castigo físico contra un perro es muy difícil de medir en su intensidad y, por lo tanto, de aplicar en su justa medida, por ejemplo: ¿Cuánto de fuerte debe ser el castigo por tirar de la correa? ¿Y por comer basuras? ¿Y por romper unos zapatos…?

2. El castigo físico produce habituación. Si se utiliza, será necesario incrementar la potencia para conseguir el mismo efecto, entrando en una espiral peligrosa y sin fin.

3. El castigo físico lleva asociado dolor… y puede conducir a una agresión refleja que nunca habría existido. Es especialmente delicado si no se le da al perro la posibilidad de huir.

4. Si el castigo físico provoca agresividad… estamos fomentando una agresividad que tal vez era inexistente.

5. El castigo físico produce problemas emocionales, ansiedad y estrés. Castigando creamos perros inestables, nerviosos e impredecibles.

6. El castigo físico se debería aplicar en el momento exacto, equivocarse en ello puede conllevar asociaciones indeseadas. ¿Somos capaces de conocer el momento exacto en el que se debe aplicar y qué asociará la mente del perro? Evidentemente NO.

7. El castigo físico puede obtener resultados inmediatos, pero NO son resultados fiables en el tiempo. Educar a un perro es incompatible con la prisa.

8. Cuando castigamos, prestamos atención al perro. La atención pasa a convertirse en un reforzador y al castigar fomentamos la conducta que queremos eliminar. Curioso ¿verdad?

9. El castigo físico NO es necesario, la inmensa mayoría de situaciones se pueden solucionar con refuerzos. Y si no somos capaces es que ha llegado el momento de recurrir a un profesional.

10. Con el castigo físico NO se aprende la conducta correcta, el perro NO elige la conducta adecuada, NO aprende lo que es correcto y lo que no lo es, y sin embargo, pueden suceder cualquiera de los nueve puntos anteriores, o varios de ellos. ¿Merece la pena?

La violencia para castigar a tu perro puede suponer un paso atrás y lo único que conseguirás es volverlo agresivo y desconfiado.

Cualquier castigo debe estar libre de cualquier tipo de crueldad.

Mientras tanto, los etólogos* de todo el mundo apuestan por reforzar en lugar de castigar…Reforzar las actitudes o comportamientos positivos es infinitamente más efectivo que aplicar cualquier castigo.

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que ella perdure: respetarla y servirla.

 

*Etólogo: persona especializada en Etología, que es la rama de la Biología y de la Psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en sus medios naturales, en situación de libertad o en condiciones de laboratorio.

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