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Diego Grillo, el más famoso pirata cubano (I)

14 de junio de 2013

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Diego Grillo

¿Sabía usted que el más famoso pirata salido de Cuba se nombró Diego Trillo y alcanzó popularidad como sanguinario aventurero? Sin embargo, ello no le impidió que ofreciera un trato caballeroso a las prisioneras.
De ello da fe la protección que le brindó a doña Isabel de Caraveo, viuda del gobernador Centeno Maldonado, quien fue destituido de su mando de la villa de Campeche luego del ataque pirata.
Para salvaguardar a la bellísima dama española de las atrocidades a que sin duda la hubieran sometido sus cofrades, le asignó una guardia personal que la protegió hasta desembarcarla sana y salva cerca de Campeche.
Cierta o no la historia en cuestión, su protagonista, el mestizo Diego Grillo, -llamado también Dieguillo o Diego Martín-, es considerado “el pirata más famoso salido de nuestra Isla, cuya aventura transcurre en buen número de años del siglo XVII”.
Así lo dice el periodista Francisco M. Mota –apasionado estudioso del tema- en su libro “Piratas y corsarios en las costas de Cuba”, donde se le atribuye además a Dieguillo el nada codiciado honor de haber sido el primer pirata cubano.
La información que se tiene sobre Diego Grillo, notorio y despiadado ladrón de mares, es realmente confusa y contradictoria, llegada por versiones o referencias, pues no hay ni un documento ni un dato preciso que la confirme.
Se supone que, hijo de un cuarterón español y una hermosísima negra esclava,  nació en La Habana entre 1555 y 1557.
Esclavo como su madre, cuando sólo contaba 13 años escapa y busca refugio en los manglares. Allí espera el momento oportuno para huir por siempre del cautiverio. De esa forma se une a bucaneros españoles que comercializan en aguas caribeñas.
Pero hacia 1572, la fragata española que tripulaba fue apresada -para bien o para mal- por el célebre corsario inglés Francis Drake, quien, al parecer, le tomó simpatía al muchacho y lo mantuvo a su lado durante varios años.
Acaso fue por su espíritu aventurero, su audaz resolución y su actitud desafiante, expresada, según dicen, en una forma de mirar que inspiraba respeto, que el llamado Terror de los mares decidió tomar al joven criollo bajo su tutela, llevándolo consigo a Inglaterra.
Ya en Europa combate bajo las órdenes del conde de Essex y otros nobles ingleses.  Y aunque no hay noticia categórica de ello, parece ser que también acompañó a Drake en su vuelta a la Tierra, entre los años  1577 y 1580.
Lo cierto es que a los 22 años Dieguillo es ya uno de los preferidos de la Corte, que le dispensa numerosos honores por sus servicios a la corona, no importa su infame pasado.
Junto a su jefe y protector, regresaría al Caribe en 1585. Ahora en calidad de segundo al mando de una de las naves que formaban la poderosa flota británica.
Con todo, no pudieron tomar  Cartagena de Indias, aunque ocuparon Santo Domingo durante un mes. Amenazaron La Habana, pero finalmente se retiraron sin hacer nada, tras lo cual asaltaron y casi destruyeron San Agustín, en la Florida, antes de emprender el viaje de retorno a Inglaterra.

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