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Día Mundial de las Ballenas

1 de marzo de 2019

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Tema 181. Cetáceos

 

El día 19 de febrero se celebró el Día Mundial de las Ballenas. Las ballenas son cetáceos, estos son un orden  de mamíferos placentarios  que viven exclusivamente en ambiente acuático, y para parir no necesitan hacerlo en tierra firme. Ellos evolucionaron a partir de mamíferos terrestres de hábitos anfibios, entre 55 y 34 millones de años atrás. Varios estudios proponen que los cetáceos evolucionaron a partir de miembros del orden artiodáctilos, el mismo que incluye a vacas, antílopes, ciervos, cerdos e hipopótamos.

Algunos fósiles hallados en Pakistán representan formas intermedias entre ungulados terrestres y ballenas, y parecen indicar que los parientes más cercanos de las ballenas en ambientes terrestres debían ser parecidos a los hipopótamos, sin embargo, las pruebas de ADN no permiten asegurar que éstos lo sean de hecho. La filogenia de los hipopótamos actuales se remonta a tan solo unos 15 millones de años por lo cual se ha descartado una evolución directa desde los hipopótamos hasta los cetáceos.

Existen alrededor de ochenta especies de cetáceos, repartidas en dos subórdenes y 11 familias, a las que hay que añadir el suborden Archaeoceti, extinto, con cinco familias.

Los subórdenes actuales son:

Mysticeti (cetáceos con barbas), aquí están las ballenas francas, ballena de Groenlandia, los rorcuales, y la yubarta, la ballena gris y la ballena pigmea.

Los cetáceos con barbas no tienen dientes. En su lugar tienen barbas o ballenas (placas de queratina) que cuelgan de la mandíbula  superior. Estas placas actúan como un filtro gigante, reteniendo pequeños animales (peces y especialmente krill), al expulsar grandes cantidades de agua de mar previamente aspirada.

Odontoceti (cetáceos con dientes), los delfines oceánicos, las orcas, los delfines de los ríos Amazonas, Plata y Yangyze, las marsopas, el cachalote común, el enano y el pigmeo, los zifios, beluga y narval.

Los cetáceos dentados, usualmente tienen muchos dientes que usan en la caza de peces, calamares, y otros animales marinos. No mastican su alimento, sino que lo tragan prácticamente entero. En los casos como la orca, que atrapa grandes presas, cuando caza una foca, la trocea previamente en pedazos que pueda engullir.

Durante siglos, los cetáceos han sido cazados para obtener diferentes productos, como aceite de ballena, grasa, espermaceti, barbas, ámbar gris, y diversión. En la década de 1930, se estimó que la caza de las ballenas a nivel global llegaba a unos 50,000 ejemplares anuales, esto era una gran amenaza para la especie y su población natural en los océanos del mundo. Es por esto que en diciembre de 1946 se firmó la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas, que entró en vigor en 1948, y es administrada por la Comisión Ballenera Internacional (CBI). No obstante, se permite a ciertas comunidades continuar con la cacería de subsistencia, mientras que el artículo VIII del Convención reglamenta la caza de la ballena con fines científicos.

Pero, nada importó, y ante la creciente caza a lo largo del siglo XX, la CBI declaró una moratoria indefinida a la caza comercial de ballenas a partir de 1986. En principio la moratoria debía ser temporal mientras los países miembros de la CBI se ponían de acuerdo para lograr un consenso sobre las cuotas nacionales…pero.

¡Muchas especies de cetáceos han sido explotadas hasta el borde de la extinción, y a la moratoria del año 1986, los países que las cazan han hecho muy poco caso!

Además de la caza, muchas especies de ballenas siguen amenazadas por fenómenos como el cambio climático y la contaminación de sus hábitats. Y hoy, sí ahora, actualmente, muchos de estos cetáceos son capturados vivos para ser vendidos ilegalmente por varios millones de euros a algunos delfinarios en el mundo. Cuando son atrapados, se confinan a “pequeñas” piscinas donde permanecen encerrados, hasta que son vendidos. Por supuesto, en estas condiciones están hacinados, las crías están separadas de sus madres: un verdadero desastre que atenta contra la supervivencia de estos animales.  Esto tiene un nombre: maltrato animal.

De tal manera que el panorama actual para las ballenas no es halagüeño, y ¿el futuro? Vamos a ser optimistas y esperar que con el cambio en los gustos en las dietas de aquellos países que consumen la carne de ballenas, su consumo disminuya y por lo tanto también disminuya la caza con fines comerciales; la presión por parte de gobiernos, organizaciones y ciudadanos, sea lo suficientemente contundente que facilite una caza limitada, o mejor, la prohibición total de sus capturas.  Vamos a esperar que así sea por el bien de las ballenas y de los océanos.

 

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”.  Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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