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Después de Roldán y Caturla

26 de septiembre de 2014

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José Ardévol

José Ardévol

Aunque durante algunos años, la música de Amadeo Roldán y de Alejandro García Caturla fue rechazada por detractores, acostumbrados a sonoridades conservadoras heredadas de Europa a través del repertorio denominado “clásico”, no podemos negar que ellos dieron un salto muy osado en la creación musical cubana. que despertó el interés de compositores como José Ardévol quien, a pesar de su formación académica europea (recordemos que él era español y llegó a Cuba a los diecinueve años) no permaneció ajeno a lo que estaba sucediendo en nuestro país, donde el afrocubanismo estaba dando sus frutos, aunque su manera de concebir la creación fuera diferente, quizás porque estaba demasiado atado a patrones aprendidos en la academia o porque, como dijo un crítico norteamericano: “Para él, música nueva no significa más que la vuelta al orden”.
Por ora parte, ya el Impresionismo –cuyos compositores más representativos eran los franceses Claude Debussy y Maurice Ravel– había desencadenado una serie de creaciones (en todas las ramas del arte) que continuaban rompiendo esquemas y dieron lugar a la era de los “ismos”: expresionismo, serialismo, dodecafonismo… estéticas que no le eran ajenas a los cubanos interesados en la evolución del arte.
Dispuesto a romper con todo y con todos, el joven y brillante pianista Julián Orbón no era un seguidor del afrocubanismo, pues sus raíces estaban en España, pero trató de dar un paso hacia adelante con obras como “Pregón”, para conjunto instrumental, inspirado en un poema de Nicolás Guillén, a la que siguieron otras. Otro caso a destacar en cuanto a avances en el desarrollo de la música cubana fue Hilario González, a quien atraían los ritmos populares, y se sintió muy atraído por las obras de Caturla..En esta lista de renovadores de las sonoridades habituales no podemos dejar de mencionar a Harold Gramatges, quien perteneció al Grupo Renovación Musical, creado por Ardévol, de quien heredó su afán preciosista a la hora de componer, pero sus estudios en los Estados Unidos le permitieron abrir el diapasón hacia sonoridades propias, sin dejarse deslumbrar por ninguna corriente estética.
Los mencionados, no son los únicos  compositores cubanos que evidenciaron su afán de búsqueda de sonoridades nuevas, afines a la época que les tocó vivir, pero ellos serán motivo para otro comentario.

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