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Cultura energética. Los fantasmas consumidores

16 de octubre de 2019

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Los grandes males tienen su origen en los pequeños descuidos.
José de la Luz y Caballero

 

Hay una advertencia de nuestro gobierno ante las dificultades actuales de generación energética y se hace un llamado al ahorro. Es un pensamiento común que se ahorra apagando los equipos que no se están usando. Pero no siempre solo con apagar se logra el ahorro, muchos equipos apagados representan una carga al consumo que se ve en la cuenta a fin de mes, es un fantasma que nos afecta.

Por eso quiero tratar un tema que hace muchos años fue tema de nuestra sección, el de las cargas fantasmas, o los consumos por descuido.

Se le llama carga fantasma al consumo de energía causado por aparatos conectados sin estarse utilizando, o sea es un salidero de energía debido a características técnicas de los equipos.

El servicio eléctrico de la mayoría de las instalaciones industriales y domésticas se hace con corriente alterna, que necesita usar transformadores a la entrada ya sea internos o externos, el transformador tiene en general un circuito de entrada o primario por el que circula la electricidad.

El secundario es el que alimenta con una corriente con valor diferente a los equipos, pero cuando el equipo está apagado, por el primario de la fuente fluye la corriente y produce un gasto que, a pesar de ser pequeño, es continuado y ocurre todo el tiempo aunque el equipo esté apagado. Los equipos que usan fuentes externas como las computadoras, teléfonos, escáneres, impresoras, etc. son fáciles de controlar, pues basta con zafar de la corriente el transformador.

 

¿Cómo se puede ahorrar eliminando las cargas fantasmas?

Todos los equipos que no se estén utilizando, menos el refrigerador deben desconectarse de la corriente: televisor, radio, microondas, computadores, impresoras escáneres

Los equipos eléctricos en general pueden usar la electricidad directamente o a través de una fuente o transformador a la que también se le llama fuente o eliminador de baterías.

Los que trabajan directamente con la electricidad en muchos casos son como los bombillos incandescentes, la plancha o la cocina eléctrica, cuando se encienden dejan pasar la electricidad a través de ellos y la transforman en otra forma de energía calor, luz o movimiento. Si están apagados aunque estén enchufados por ellos no pasa la electricidad.

Muchos equipos están provistos de relojes, memorias, sensores de control remoto, sistemas de encendido instantáneo, microprocesadores y transformadores a la entrada que consumen electricidad mientras estén conectados a la red y esto es casi siempre durante todo el tiempo que la red puede brindar electricidad.

Y aunque esas cargas fantasmas parecen ser y de hecho son muy pequeñas su consumo es acumulativo. Algunos de esos fantasmas son fáciles de localizar, pues muestran una pantalla encendida con un reloj o un indicador de que está conectado a la línea.

Los viejos televisores (no los de pantalla plana), por ejemplo, consumen 28 W por el solo hecho de estar conectados a la red, esto es lo que les permite el encendido instantáneo pues mantiene el filamento del tubo de pantalla caliente y listo para ser prendido en cualquier momento. Esto significa (672W·h al día) 245 280 W·h al año y 73 kg de petróleo, solo por tener un televisor apagado pero conectado a la red.

Los nuevos televisores de pantalla plana también consumen cuando están apagados y conectados, pero es menos, aproximadamente 0,5W de carga fantasma y 65W cuando están encendidos.

Las cocinas de gas con encendido eléctrico tienen un consumo fantasma de 14 W. El reloj del horno de microondas consume solo 0.5 W, pero el dispositivo que se usa para producir el bajo voltaje que éste usa, tiene un consumo entre 4 y 8 W, con lo que produce un consumo entre 100 y 200 W·h cada día es decir un kilowatt hora aproximadamente cada 7 días, solo por no desconectarlo de la toma en la pared.

 

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Entre los equipos que cuando están apagados no indican que están consumiendo, y sin embargo lo hacen, se encuentran equipos antiguos y modernos: los viejos televisores y los de encendido instantáneo, video-caseteras, equipos de música, tres en uno, DVDs, amplificadores, fuentes de respaldo para computadoras, computadoras, calculadoras, impresoras de computadoras, faxes, fotocopiadoras, escáneres y cualquier dispositivo que utilice esos pequeños transformadores, también conocidos como eliminadores de baterías.

 

¿Por qué estos dispositivos consumen electricidad?

Veamos cómo está compuesto el eliminador de baterías o fuente externa de corriente directa. La primera etapa es un transformador que convierte la corriente alterna de la línea (120 V) en corriente directa (3, 5, 6 o12 V como valores más habituales) para alimentar los equipos que lo usan, este tiene un circuito cerrado por el que siempre está circulando la corriente si no tiene un interruptor que corte la corriente a la entrada en el primario del transformador. Vea la figura del transformador.

Para la red eléctrica o para el inversor esta es una carga constante, el consumo de estos dispositivos puede ser entre 50 y 200 W·h diariamente.

Una de las formas de evitar estas cargas fantasmas es, claro está, desconectando de la pared todos los equipos, sin embargo esta manipulación constante de las tomas puede deteriorarlas y muchas veces no resulta cómodo, por lo que se recomienda adquirir o construir una extensión múltiple con un interruptor que le permita desconectar simultáneamente varios equipos y un indicador de neón que le indicara cuando estaba encendido y apagado. Esta extensión se paga sola al paso del tiempo porque permite no solo ahorrar sino evitar el derroche de energía y dinero.

 

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Si se miden individualmente, las cargas fantasmas son pequeñas, pero un análisis global muestra que colectivamente se desperdicia una gran cantidad de energía.

También hay otras cargas fantasmas, pero que no son invisibles, sino producto de no saber qué es lo que se hace, así un ventilador encendido en una habitación vacía es una carga fantasma, aunque muchas personas piensan que ese ventilador esta “refrescando” el local, en realidad no está refrescando nada, nos refresca a nosotros porque nuestra piel es húmeda, pero en una habitación vacía lo único que hace es mover el aire caliente, así que tener un ventilador encendido en un cuarto vacío es también una forma de botar la electricidad.

También hay fantasmas sueltos en la ciudad en forma de salideros de agua, luces del alumbrado público encendidas durante el día, y otros que con un poco de imaginación usted mismo puede identificar.

El fantasma que más nos roba energía, electricidad y recursos es nuestra ignorancia de los fenómenos que tienen que ver con la energía, es nuestra falta de una cultura energética.

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