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Cuba, arropada por la radio

15 de septiembre de 2017

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El radialista habla desde Radio Rebelde. La emisora nacional, la fundada en la Sierra Maestra. Su voz llega de un municipio alejado, uno cualquiera del dañado archipiélago cubano. No narra los repetidos comentarios de sus colegas sobre los destrozos del huracán Irma.

Para un oyente foráneo, captador de la señal en Internet le resultará extraño, hasta incomprensible ese tono apasionado en que cuenta las conversaciones sostenidas con sus escuchas habituales.

Quizás, la señora que días antes le pidió una canción para dedicársela a su nieta quinceañera. Está alterada. No cuenta con electricidad. No tiene radio transistorizado. El celular gastó la carga. El número telefónico en que también se recibe la emisión de la septuagenaria emisora Radio Reloj que entre tic tac y tic tac abarca al fenómeno meteorológico, sus consecuencias y remedios, colapsa por tantas llamadas.

Y al fin, comunicó con el locutor o el periodista que aparte de actualizarla sobre el rumbo del malhadado huracán ya entrado en los futuros relatos generacionales, le presta su optimismo en las frases características de ese pequeño pedazo de la isla mientras el techo retumba sobre su cabeza.

Los adiestrados conductores de la TV salen elegantemente del paso. Después del anuncio fallido de la conexión con el centro hermano de alguna provincia. Si al fin la consiguen, es imposible la entrega de nuevas imágenes dada la crueldad de la embestida del viento y la lluvia. Acuden al medio fundador, la radio.

Suena la voz del periodista de la emisora provincial, alimentado por la información del colega del municipio. Entrenados en la conversión de lo visual en palabras gracias al engranaje entre la imaginación, la riqueza del lenguaje materno enriquecido por las universidades y el entrenamiento personal.

El televidente no admira entonces, solo rostros agraciados y vestimentas elegantes tan importantes como la correcta formación profesional en este medio de comunicación.

Escucha voces que esconden el peso corporal, los años acumulados en los cumpleaños, pero le entregan la inmediatez en palabras, las urgentes.

En otro minuto del largo paso del huracán, estas voces de conductores y periodistas de la TVNacional con los ruidos naturales de la tempestad irrumpieron en la radio acostumbrada a la utilización de efectos. Todos en conjunto, lograban el fin buscado. La información al pueblo.

El huracán Irma favoreció nuestras presas y las aguas subterráneas. Y demostró la utilidad y vigencia de la radio cubana, recién cumplidos sus 95 años el pasado agosto. Se apretó el lazo entre la despedida de una TV analógica en paso total a la digitalización con el sistema radial vigente también entrado en la tecnología inobjetable.

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