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¿Cuándo se debe asistir a la consulta de salud mental?

23 de mayo de 2014

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neurosalud_psicologo-300x276La semana anterior había quedado una interrogante pendiente y es la necesidad en muchos casos, con presencia o no de enfermedades crónicas, del tratamiento por parte de un especialista en salud mental, sobre todo, cuando se busca ayuda medica y después de los más minuciosos estudios no se llega a un diagnóstico de una enfermedad y sin embargo los síntomas persisten. Es cuando se recomienda buscar la ayuda de un especialista en salud mental.
Con frecuencia entonces surge la frase: “Entonces usted me quiere decir que yo estoy mintiendo o que me he inventado los síntomas, que yo estoy loco”. No, para nada, lo que sucede es que casi siempre se piensa que a estos especialistas de la salud mental solo se asiste cuando hay una “enfermedad de los nervios”, y es cuando se repite la habitual respuesta, esa de que: “Yo no estoy loco para asistir a un psiquiatra o a un psicólogo” ¿Ha escuchado o no esta respuesta?, estoy convencido que si,  y es que en realidad se ha creado una imagen de estas especialidades de que solo se asiste a ellas cuando estamos enfermos o con alteraciones del sistema nervioso central y el campo de acción de estos especialistas es mucho mas abarcador.
En el caso que nos ocupa, se hace mucho mas difícil de comprender, ya lo decíamos, la persona tiene los síntomas, los esta sintiendo, le duele el cuerpo, son ciertos y en algunas ocasiones cuando se le plantea que no hay un diagnostico medico que justifique esos síntomas, que debe ir al psicólogo o al psiquiatra,  lo primero que piensa es que le están diciendo que se ha inventado esos síntomas, que no existen y reitero, los síntomas pueden existir, el cuerpo los sufre, pero en realidad, pueden responder a otras alteraciones que no son precisamente las de la enfermedad que presume tener.
Por otra parte, si hay un diagnostico de una enfermedad es también importante el tratamiento con estos especialistas por muchas razones, la primera, la aceptación de la enfermedad con los cambios de estilos de vida que se le imponen a partir del diagnostico, en segundo lugar, por lo imprescindible que resulta el logro de un equilibrio emocional no solo para asumir la enfermedad y las limitaciones que impone la misma, sino para el mejor resultado del tratamiento medico impuesto.
Entonces llegamos a una conclusión, tanto para prevenir una enfermedad como para asumirla cuando ya existe y que el tratamiento medico o control de la misma sea exitoso, es necesario un equilibrio relativamente estable entre la mente y el cuerpo.
Otro aspecto importante en esto de la prevención o del control de las enfermedades cuando ya son diagnosticadas, es el examen que debemos hacer de nuestro cuerpo, por supuesto sin caer en esos excesos que en ocasiones, sobre todo las personas que padecen de pensamientos hipocondríacos, que constantemente presentan dudas y preocupaciones excesivas con relación a su cuerpo, pero si es, con medida, intentar acercarnos, escuchar, explorar el cuerpo, identificar cualquier anomalía que podamos sentir, percatarnos a tiempo que algo esta fuera de control, lo que hay que resolver a tiempo antes de que se convierta en un padecimiento crónico.
En todo este fenómeno de la relación mente – cuerpo, hay un elemento que es indispensable en el logro de ese equilibrio, existiendo o no enfermedades en el cuerpo, y estamos hablando de la tan llevada y traída espiritualidad. Muchos estudios han determinado cómo la espiritualidad está asociada con una mejor salud y calidad de vida, así como, menor propensión al suicidio, incluso en pacientes con enfermedades terminales.
Por la importancia que reviste la espiritualidad en el proceso salud – enfermedad y en el establecimiento del estado de salud, aún cuando hay presencia de enfermedades incurables o no, es que le proponemos conversar la próxima semana acerca de este llevado y traído fenómeno humano y lo más importante que hemos comentado en esta ocasión: Habrá momentos en que será necesario, diría imprescindible, recibir tratamiento psicoterapéutico como forma de contribuir a una mayor efectividad en tratamientos centrados en enfermedades orgánicas, o cuando simplemente, no existen, pero hay un desequilibrio emocional por las más disímiles causas, que están reclamando con urgencia la intervención del especialista en salud menta.

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