ribbon

Criterios de Martí acerca de los pintores impresionistas, la música y la literatura

10 de noviembre de 2017

|

 

Fabela marti

 

En diferentes etapas de su vida José Martí escribió acerca de la labor de notables creadores.

Precisamente comentó acerca de las obras que pudo apreciar en la Exposición de los pintores impresionistas que fue presentada en Nueva York, en 1886.

Calificó a esos artistas como “los pintores fuertes, los pintores varones, los que cansados del ideal de la Academia, frío como una copia, quieren clavar sobre el lienzo, palpitante como una esclava desnuda, a la naturaleza.”

Entre el 15 de mayo y el 15 de junio de 1886 en Nueva York se expusieron una serie de pinturas impresionistas.

La acogida del público fue favorable, incluso mucho más de lo esperado, pero la crítica oficial se manifestó adversa.

En esta fecha Martí vivía en Nueva York y se interesó por apreciar dicha exposición y en relación con ello comentó en una de sus crónicas enviadas para La Nación, de Buenos Aires, donde fue publicada el 19 de junio del año citado.

Señaló Martí: “Iremos a donde va todo Nueva York, a la exhibición de los pintores impresionistas, que se abrió de nuevo a demanda del público, atraído por la curiosidad que acá inspira lo osado y extravagante, o subyugado tal vez por el atrevimiento y el brillo de los nuevos pintores.”

En la exposición se mostraron unas 300 pinturas y en la reseña que hiciera Martí para el periódico La Nación de Buenos Aires, reflejó una crítica cautelosa y destacó a los precursores de esta escuela de pintores, al precisar: “Lo que los pintores anhelan es poner en el lienzo las cosas con el mismo esplendor y realce con que aparecen en la vida.”

Y agregó: “Quieren pintar en el lienzo plano con el mismo relieve con que la naturaleza crea en el espacio profundo. Quieren reproducir los objetos con el ropaje flotante y tornasolado con que la luz fugaz los enciende y reviste. Quieren, por la implacable sed del alma, lo nuevo y lo imposible.”

Martí recordó en su trabajo otras exposiciones de pintores famosos también expuestas en Nueva York y las comparó con la que acababa de apreciar.

Y expuso lo siguiente: “Toda aquella colección de obras maestras con ser opulentas y variadas, no dejaba en el espíritu, como deja la de los impresionistas, esa creadora inquietud y obsesión sabrosa, que produce el aparecimiento de súbito de lo verdadero y lo fuerte.”

Igualmente resaltó la labor de la nueva escuela de pintores y explicó que ellos tenían sus antecedentes en la pintura naturalista.

Y al definir la impresión que causaban sus obras, manifestó que algunos lienzos subyugan al instante.

La exposición de los pintores impresionistas en Nueva York, según expresó Martí, mostró la lucha con la luz y los colores y en correspondencia con ello él también llegó a señalar que esos regueros de color ardiente parecen la sangre viva que echa por sus heridas la luz rota.

Cuando se tiene la posibilidad de leer con detenimiento lo que Martí escribiera sobre esta exposición de pintores impresionistas puede aquilatar la gran sensibilidad que él tuvo.

No puede decirse que haya sido un crítico especializado en temas relacionados con las artes plásticas, pero indudablemente sintió una gran atracción por esta manifestación artística.

Recuerdo al respecto que aunque por espacio de poco tiempo cuando prácticamente era un adolescente él había matriculado en la Escuela de dibujo y pintura San Alejandro en La Habana.

No llegó a ser un pintor como tal, ni tampoco un critico en este sentido, pero es indudable que tuvo la sensibilidad necesaria para apreciar y escribir sobre la labor de destacados creadores, tanto en el campo de la pintura, como de la música y otras manifestaciones artísticas y literarias.

De la música, por ejemplo, él llegó a manifestar que es la más bella forma de lo bello.

La consideró como una lengua espléndida que vibra en las cuerdas de la melodía y se habla con los movimientos del corazón y también aseguró que está perpetuamente palpitando en el espacio.

Igualmente precisó: “El color tiene límites, la palabra labios; la música, cielo.”

Y con respecto a la literatura Martí planteó que es la bella forma de los pueblos y además precisó que las obras literarias son como los hijos: rehacen a sus padres.

En torno al objeto de la literatura expuso que es acercarse a la vida ya sea para inspirarse en ella o para reformarla conociéndola.

Precisamente al respecto enfatizó que la literatura o es cosa vacía de sentidos, o es la expresión del pueblo que la crea.

En un trabajo titulado Autores americanos aborígenes, publicado en La América, Nueva York, en 1884, llegó a señalar que no es otra cosa más que expresión y forma y reflejo en palabras de la naturaleza que nutre y del espíritu que anima al pueblo que la crea.

Dos meses después, en otro trabajo identificado con el título Una comedia indígena, igualmente en La América, pero en este caso publicado en junio de 1884, expresó: “La literatura no es más que la expresión y forma de la vida de un pueblo.”

Galería de Imágenes

Comentarios