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Coriza infecciosa aviar o moquillo

16 de marzo de 2017

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Ave afectada por Coriza Infecciosa Aviar. Obsérvese la cianosis de cresta y barbillas

Ave afectada por Coriza Infecciosa Aviar. Obsérvese la cianosis de cresta y barbillas

 

Cerca del centro histórico, en el barrio de Tallapiedra, hay exitosos criadores de aves de corral, quienes son monitoreados y algunos hasta han sido galardonados por la Delegación Municipal del Ministerio de la Agricultura y el Departamento de Sanidad Animal. Son obreros agrícolas consagrados que suministran proteína animal a comedores de escuelas y asilos de ancianos.

Muchos de ellos mantienen sus galpones aviares, aunque rústicos, en magníficas condiciones, y tratan a sus aves con cariño y respeto. Todo ellos ha sufrido en alguna ocasión del Moquillo de las aves, que además cobra la vida de muchas si no se instaura tratamiento a tiempo.

Las aves de corral generalmente no se crían como mascotas, sino para el uso de sus huevos como fuente de alimento lábil y económico. También su carne es muy apreciada, sobre todo para ancianos y niños, debido a su proteína de alta digestibilidad.

La Coriza Infecciosa Aviar (Popularmente conocida como Moquillo) es una enfermedad infectocontagiosa que afecta a las aves de corral y se caracteriza por un proceso respiratorio agudo, estornudos y secreciones nasales.(SRA)

Esta enfermedad (Moquillo) es producida por una bacteria denominada Haemophillus gallinarum que solo afecta gallinas y faisanes. Se trasmite a través alimentos contaminados por las secreciones infecciosas. Los síntomas son estornudos, secreciones nasales, conjuntivitis, sinusitis (cabeza hinchada) inapetencia, depresión y plumas erizadas. Los animales se echan y esconden la cabeza entre las plumas y en caso de complicaciones con avitaminosis, parásitos, etc. pueden llegar a morir.

Muchos tratamientos empíricos usan nuestros campesinos para curar el “Moquillo”, pero son inefectivos y muchas veces complican la enfermedad, producen resistencia a medicamentos y la diseminación de la noxa. Ante esta enfermedad lo más recomendable es consultar un veterinario que le realice un correcto diagnóstico, le ponga tratamiento preliminar, haga la toma de muestras e indique medidas contra epizoóticas.

Como esta enfermedad está dentro de los llamados Síndromes Respiratorios Aviares, donde se incluyen algunas enfermedades exóticas de información obligatoria, el veterinario debe realizar pesquisas para descartarlas.

Lo peor de tener en su gallinero una epizootia de Coriza Infecciosa son las pérdidas económicas, pues la mayoría de las gallinas enfermas disminuyen el consumo de pienso y agua, pero sobreviven a la enfermedad; se producen grandes gastos de medicamentos, vitaminas, desinfectantes y las aves dejan de poner. Muchas veces no se recuperan correctamente y alcanzan muy poco peso para el sacrificio. Recordemos que su finalidad económica es la puesta de huevos y el uso de su carne.

Por ello lo más importante es realizar medidas preventivas contra la enfermedad antes que se produzca. El estrés es causa de que bajen las defensas orgánicas y se instauren enfermedades, por lo tanto hay que evitar que las aves sufran cambios bruscos de alimentación, de temperatura, agitación al manipularlas y ruidos extraños.

Un grupo de medidas generales ayudan mucho: evitar el hacinamiento de aves y la superpoblación; separar adultos de pollitos; mantener la higiene del local y las vasijas de alimentación; asegurar un correcto suministro de agua y alimentos en buen estado; suministrar vitaminas y minerales periódicamente; realizar tratamientos antiparasitarios; no permitir la entrada de personas ajenas a las instalaciones de aves; no introducir aves externas antes de una cuarentena (usar preferiblemente sistema Todo dentro-Todo fuera) separar a tiempo los animales enfermos de sanos. Esta prevención le ahorrará mucho dinero.

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