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¿Contribuye el humor y la risa al estado de salud?

5 de septiembre de 2014

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69A411150Con frecuencia se habla de la asociación directa que existe entre el humor y el Estado de salud. La risa y el humor al constituirse como una emoción positiva, se convierten en protagonistas dentro del fenómeno de la salud, sobre todo de la salud mental, propiciado porque puede producir una de las sensaciones más placenteras de la experiencia humana y estimular comportamientos positivos, además de que el sentido de humor es considerado como uno de los aspectos que pueden contribuir en el proceso de formación y fortalecimiento de la personalidad, por todo lo que le aporta tanto en el orden biológico, como en lo psicológico y en lo social.
Este concepto de sentido del humor es bastante utilizado y se caracteriza como una capacidad única del ser humano, valorada en muchas culturas, atribuyéndole numerosos beneficios psicológicos como pueden ser las sensaciones y estados de alegría, bienestar y satisfacción, reducción del estrés y la prevención de la depresión entre muchos otros que harían interminable la lista.
En el orden físico también produce bienestares como puede ser la tolerancia al dolor, la activación del sistema inmunológico, mejorías ostensible en el funcionamiento del sistema cardiovascular, y por supuesto los beneficios sociales, así como las mejorías en cuando a la motivación,  la comunicación y el orden y la armonía social, aspectos tan importantes en la práctica sistemática de armónicas relaciones interpersonales.
La risa es sencillamente una reacción psico-fisiológica, que quiere decir que se pone de manifiesto tanto en la mente (psiquis) como en el funcionamiento interno de nuestro cuerpo (fisiológica). Se caracteriza externamente por unas vocalizaciones repetitivas (típicamente transcritas en castellano como ja-ja, je-je,), una expresión facial fácilmente reconocible, ya sea con una boca abierta o no,  por el arrugamiento que se produce en las comisuras de los ojos, movimientos corporales característicos por ejemplo en el abdomen, los hombros, la cabeza y en casos de risa intensa en todo el cuerpo, además cambios respiratorios y circulatorios, activación de diversos sistemas de nuestro organismo que tienen los comportamientos más disímiles en las más diversas personas.
La risa es una emoción positiva, o por lo menos la causa o reflejo externo de una emoción positiva, lo que llamamos regocijo, alegría, júbilo y por lógica, con ella hay un goce, que algunos estudiosos han comparado con las sensaciones que se pueden sentir con el orgasmo sexual y otras reacciones positivas del organismo. Por supuesto, no siempre todo lo que nos sucede o percibimos en la vida nos puede producir humor, ni tampoco nos podemos pasar toda la vida riéndonos de todo lo que nos sucede, pero el buen humor hace falta siempre, no solo en las buenos momentos, sino que nos fortalece cuando nos llegan esas caras feas que la vida nos puede mostrar.
Se habla de diversos tipos de humor y entre ellos está el humor negro, verde, blanco, satírico, irónico, ingenioso, burdo, absurdo, oral, literario, gráfico, físico, improvisado, pero también es humor aquellas situaciones de la cotidianidad que pueden producir risa en algunos y a su vez constituirse en anti humor en otros.
Hablamos de los despistes, las denominadas “meteduras de pata” o las torpezas, que aunque no suelen considerarse “humor” habitualmente, resultan difíciles de diferenciar del humor intencional en la práctica. Por todo ello, se puede afirmar que humor es todo estimulo capaz de provocarnos reír como pueden ser juegos, bromas, chistes, viñetas, situaciones embarazosas, incongruencias, inocentadas y cosquillas, entre muchos otros.
Dentro de las numerosas teorías propuestas, las más conocidas son las que identifican el estímulo de la risa con una sensación de superioridad, con la incongruencia, con la liberación de una tensión cognitiva/emocional, o con el juego. Por supuesto, hay dos elementos importantes dentro de la dinámica del comportamiento humano que hacen que cada cual pueda determinar lo que puede provocar humor en el o no, el primero es la subjetividad, cada cual ve el mundo exterior con los estímulos que le llegan, cada cual lo auto percibe a partir de su personalidad, su historia individual, sus experiencias y algo esencial,  el sentido personal que tiene para él ese estimulo recibido que puede constituirse en humor o no. El otro elemento es la necesidad, rectora del comportamiento y que hace posible el impulso a las más diversas formas de conductas. El humor es algo subjetivo, que se percibe siempre de forma diferente por cada cual, así, lo que le puede provocar risa a alguien no tiene que provocarle a otros, o cuando nos burlamos de alguien, esa propia burla puede ser recibida de las más diversas formas, no solo por lo que pueda provocar en quien recibe el estimulo sino de quien o de qué situación viene y en qué circunstancias se produce.
Cuando hacemos un chiste donde nos burlamos de alguien en su presencia, es posible que la persona burlada se ría del mismo o es posible que no le guste y contrariamente reaccione con ira, pero también es posible que si la burla la hace una persona le pueda motivar humor pero si lo hace otra persona con la cual se tiene una historia anterior que no es la misma que la primera, pues pueda producir ira. También aquí determina la afectividad como mediador en lo que se refiere a quien hace el chiste o la burla y por supuesto a las características de personalidad de quien hace el chiste y de quienes lo reciben.
En todo este proceder descrito, se hace presente aquello del respeto a los demás y de cómo son infinitas las formas en que el humor puede influir o incidir en los demás. Puede en algunas circunstancias y personas convertirse el humor en un propiciador de ira, de resentimientos, y de estados anímicos que pueden afectar el estado de salud. De ello comentamos la próxima semana.

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