¿Cómo se toman los medicamentos sólidos orales?

6 de enero de 2017

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Diana García García

 

Presión alta, diabetes mellitus, ansiedad, insomnio, parkinson, epilepsia, ulcera, infecciones y así sucesivamente, un sin número de patologías, tanto crónicas como agudas, que aquejan a personas de todas las edades y sexos, son tratadas en la actualidad empleando medicamentos que se administran por la vía oral.

Y quizás por lo extendido de su empleo y la aparente sencillez de su administración, muchas veces suelen ignorarse pautas importantes que hay que tener en cuenta cuando se administran este tipo de medicamentos.

Tal como sucede con el resto de las vías de administración de fármacos, la vía oral tiene también sus particularidades. Si bien la técnica de administración de los medicamentos por esta vía es relativamente sencilla comparada con las restantes, en ella también existen principios que se deben seguir para garantizar una administración exitosa.

Lo primero a comentar está muy relacionado con las propias características de los medicamentos a administrar. Como es sabido, algunas especialidades farmacéuticas sólidas pueden ser de gran tamaño. Esto ocasiona que sean más difíciles de deglutir. Para hacer más fácil la toma del medicamento, muchas personas acostumbran a partir las tabletas en dos mitades. Esta solución, sin embargo, puede no ser siempre la mejor, ya que no todos los comprimidos y tabletas se pueden partir.

Existen algunas situaciones en las que fraccionar los medicamentos podría poner en riesgo la efectividad de la medicación y comprometer la seguridad del propio paciente. En principio solo se pueden dividir las tabletas que tienen ranuras en sus caras. Otros tipos de tabletas no deben dividirse. Entre ellas se citan: los medicamentos para quimioterapia, los antiepilépticos, los anticonceptivos orales, los diluyentes sanguíneos como coumarina y warfarina, las cápsulas de cualquier tipo que contengan polvos o geles, las tabletas con recubrimiento duro, las tabletas fabricadas para liberar la medicación en el cuerpo paulatinamente, las tabletas recubiertas para proteger el estómago, las tabletas que liberan el medicamento durante todo el día y las tabletas que se desintegran con facilidad, irritan la boca, tienen sabor amargo o contienen tinturas fuertes que podrían manchar los dientes y la boca.

Relativo a la división de tabletas, es importante considerar que no siempre la presencia de una ranura asegura que partiendo el medicamento se obtenga la mitad de la dosis. Existen casos en que la única finalidad de la ranura es facilitar la administración en dos partes. Esto es preciso saberlo con certeza cuando se necesite fraccionar la dosis de medicamento, pues se podría incurrir en una infra o supra dosificación del medicamento. Igual razón por la que la división en cuartos también puede resultar peligrosa.

Los medicamentos por la vía oral deben ser administrados con agua. Se desaconseja emplear para la toma zumos de frutas u otras bebidas. Aunque aparentemente la acción de tragar un medicamento no supone mucho esfuerzo para el paciente, existen situaciones en que puede verse dificultada. Lo recomendable es tragar los medicamentos ya sea sentado o de pie, pero siempre estando la cabeza y el tronco en posición vertical. De esta manera se facilita el paso del medicamento a través del esófago.

Por último es conveniente apuntar el lugar de la lengua en que debe colocarse el medicamento para ser tragado. Este no debe estar muy cerca de la punta de la lengua para evitar que el agua no consiga arrastrar consigo el medicamento y quede en la cavidad bucal después de beber el sorbo. En el peor de los casos, pueden ocurrir atragantamientos y ahogos si el medicamento queda ubicado próximo a la laringe.

La mayoría de los medicamentos tienen sabor amargo, por ello hay que cuidar de no colocarlos en la zona posterior de la lengua, ya que en esta área particular abundan las terminaciones que detectan este tipo de sabores. Lo ideal es colocar el medicamento en el centro de la lengua y beber un trago abundante de agua para garantizar que el medicamento transite por el tubo digestivo sin dificultad.