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Casa de la familia Abreu o de Steinhart

13 de mayo de 2016

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Casa de Pedro Estévez

Casa de Pedro Estévez

 

De la emigración cubana en París la familia Abreu fue una de las más destacadas por su apoyo a la causa independentista de Cuba. Sus contribuciones patrióticas durante la guerra le permitieron ganarse la admiración y el respeto popular. Don Luís Estévez Romero, esposo de la conocida benefactora santaclareña, Marta Abreu, ocupó una de las secretarías del primer gobierno de intervención norteamericano (1898-1902) y luego la vice-presidencia de la República. Tanto ellos como otros miembros de la familia residieron fuera de Cuba. No obstante, en la Isla construyeron dos de las casas más importantes de ese período: la quinta Las Delicias, en Santa Catalina y Palatino, y la casa de Prado No. 120 esquina a Refugio. Como bien afirma el historiador Carlos Venegas en su trabajo “La arquitectura de la intervención (1898-1902)”, en Espacios, silencios y los sentidos de la libertad. Cuba entre 1878 y 1912, “desde el punto de vista técnico, ambas propusieron métodos novedosos al ser las dos viviendas que inauguraron en la ciudad la aplicación del hormigón armado bajo el sistema Ransome, muy desarrollado en aquel momento por los Estados Unidos. Por tanto, la experiencia más decisiva en cuanto al diseño de la vivienda de clase alta en esta etapa fue asumida por la familia Abreu”.

 

El carruaje de Pedro Estévez Abreu saliendo de su casa de Prado y Refugio en la exhibición Batalla de Flores, 1905

El carruaje de Pedro Estévez Abreu saliendo de su casa de Prado y Refugio en la exhibición Batalla de Flores, 1905

 

La residencia del Paseo del Prado fue similar a Las Delicias en pretensiones de renovación, en esta ocasión construida para don Pedro Estévez Abreu. En ella se intentó el tema de la vivienda exclusiva en una trama diferente a las del Cerro o El Vedado, esta vez compacta y sin jardines. El estilo arquitectónico fue también ecléctico, renacimiento francés en la fachada y varios estilos en los interiores.

 

Division entre el grande y el pequeño salón

Division entre el salón grande y el pequeño

 

Esta mansión se construyó sobre una casa de planta baja, mampostería y azotea, según la describían los asientos del Registro de la Propiedad a finales del siglo XIX. Entonces se señalaba con el número 48 de la calle Prado esquina a Refugio. En mayo de 1900, siendo propiedad de Ana León y Tamayo, la casa fue vendida a Pedro Estévez y Abreu, por el precio de 33 500 pesos en moneda de oro del cuño español.

 

Pedro Estévez Abreu, en 1895

Pedro Estévez Abreu, en 1895

 

La obra civil fue terminada en agosto de 1902, aunque se le hicieron trabajos de mejoras, ampliación y reparación en los tres años siguientes, recibiendo finalmente la declaratoria de habitable en enero de 1906. Para esa fecha se describía como un edificio de nueva planta, de concreto y azotea, compuesto de dos pisos. Según planos aprobados por el Ayuntamiento de La Habana, la construcción fue dirigida por el arquitecto Charles Brun, por lo que este profesional de la construcción se convirtió en el autor de las obras encargadas por la familia Abreu. A su vez, el proyecto fue autorizado por el maestro de obras José Cadena.

 

Comedor

Comedor

 
Esta espléndida mansión contaba en el primer piso con sala de billar, zaguán y escritorio, así como un fumador, una amplia galería, dos patios, tres cuartos, un baño, habitaciones para el portero y el cochero, caballeriza y zona de carruajes, estos dos últimos espacios como reminiscencias de la distribución de la casa colonial cubana, cuando ya comenzaban a reservarse las áreas para el automóvil y el chofer y en su propia arquitectura se había empleado el más moderno sistema constructivo. El segundo piso se reservó para un gran salón al frente, cinco cuartos, dos patios, galería, tres habitaciones para la servidumbre, comedor, cocina, despensa y ropero. La fachada se proyectó con un estilo historicista, evidenciando el interés de lograr un efecto culto y refinado.

 

Salón pequeño

Salón pequeño

 
En este magnífico palacio de la calle Prado radicó el matrimonio que había formado Pedro Luis Estévez Abreu con la hermosa señorita matancera Catalina Lasa del Río, en 1898, en Tampa, Estados Unidos. Al finalizar la Guerra de Independencia la familia se estableció en La Habana, aunque realizaban numerosos viajes a París, donde también tenían residencia.

 

Catalina Lasa de Estévez, fotografía de "El Fígaro", 1901

Catalina Lasa de Estévez, fotografía de “El Fígaro”, 1901

 
Catalina Lasa, célebre desde entonces por su beldad e intensa vida social, no gozó de la preferencia de su suegra, quien todo el tiempo la recriminaba por sus banalidades y temperamento díscolo. Ya toda una señora con tres hijos, Catalina ganó en dos ocasiones un concurso de belleza promovido por El Fígaro. Sin dudas, el carácter de doña Marta nada tenía que ver con el de su nuera, entonces de 23 años. Legendaria es la historia del fin de su matrimonio con Pedro Estévez y sus amores con el acaudalado Juan Pedro Baró.

Entre salones

Entre salones

 
La Revista El Fígaro, en 1905, publicó varias fotografías del palacete Estévez-Lasa, verdadera galería de imágenes que hoy permite reconstruir su interior en la época en que la habitaban sus propietarios originales.

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