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Casa de la calle Obrapía No. 116 esquina a Mercaderes

13 de agosto de 2018

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Antigua casa de la familia Pedroso.
Hoy: Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez.

 

Obrapía 116 (años '70)

Obrapía 116 (años ’70)

 

La década del ’80 del pasado siglo XX auguró un futuro prospero para esta mansión, pues, contemplada dentro de los planes de restauración se seleccionó para trabajar en su restauración. El proyecto recayó en manos del arquitecto Jaime Rodríguez y gracias a la labor de los especialistas y obreros de la construcción, quedó convertida poco después en la Casa Museo del Benemérito de las Américas Benito Juárez. Un amplio conjunto de actividades culturales relacionadas con esta hermana nación se llevan a cabo en la sede desde su apertura hasta la fecha.

 

Obrapía 116 antes de la restauración

Obrapía 116 antes de la restauración

 

 

Esta mansión colonial construida a finales del siglo XVIII, se transformó a inicios del XX tal como llegó al presente. Fue propiedad de una de las familias más antiguas de la oligarquía habanera, los Pedrosos. Funcionalmente asume los cánones tradicionales en su distribución espacial: piso superior destinado a residencia de la familia y utilizado como vivienda; planta baja destinada a establecimientos comerciales, como bodega y barbería, entre otros establecimientos que existieron aquí.

 

Obrapía 116 después Casa de México

Obrapía 116 después Casa de México

 

Si bien la primera propietaria de este inmueble fue doña Isabel Pedroso Herrera, su interés histórico se lo imprime uno de sus moradores y dueño desde 1864, el señor Luis Pedroso y Echevarria, connotado hacendado habanero, propietarios de ingenios y vastas extensiones territoriales, vinculado al desarrollo de la esfera ferroviaria en la isla. Después de su muerte en 1881, continuó por disposición testamentaria en poder de esta sucesión familiar. Posteriormente comenzó a subdividirse y transformarse de forma progresiva.

 

Obrapía 116, interior (obras)

Obrapía 116, interior (obras)

 

Durante el siglo XX los diferentes propietarios fueron vendiendo la parte que les correspondía a terceras personas, de este modo la Sociedad de “Aróstegui y Armona” y la “Compañía General de Bienes y Valores S.A.” tenían sus derechos establecidos sobre el inmueble. Como es de suponer, los propietarios no la habitaban -algo que venía ocurriendo de manera habitual en la parte más antigua de la ciudad desde finales del siglo XIX y que se fue generalizando en el siglo XX- si bien tenían la propiedad del inmueble, lo fueron arrendando a terceras personas que establecieron allí su establecimiento comercial, en pequeñas accesorias distribuidas en planta baja, o su modesta morada, hasta que devino en casa de vecindad.

 

Obrapía 116 (interior después)

Obrapía 116 (interior, después de la restauración)

 

Llegó a nuestros días convertida en viviendas de múltiples familias, mutilada, sin conservar los valores que otrora la enaltecieron. Estamos en presencia de una magnífica residencia colonial, localizada en una importante esquina de la ciudad antigua, cuenta en su interior con zaguán y patio central rodeado de galerías. En su fachada lisa y desprovista de decoración destaca el balcón corrido que hace ángulo en la esquina de Mercaderes, mientras que en su frente, por la calle Obrapía, dos tramos del mismo se hacen independientes, coronando uno de ellos la portada de acceso a la amplia mansión.

 

Casa de México desde el Parque Bolívar, 2018

Casa de México desde el Parque Bolívar, 2018

 

La casa del Benemérito de la Américas fue inaugurada un 1ro de noviembre de 1988, el acto, contó con la presencia en esta sede del Comandante en Jefe de la Revolución Fidel Castro Ruz y el presidente de México don Miguel de la Madrid Hurtado. Este año llegará a su aniversario 30 sin perder su lucimiento y fructífera vida, como escenario de importantes acontecimientos.

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