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Casa de la calle Obispo Nos. 117-119, entre Oficios y Mercaderes

20 de septiembre de 2021

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Antigua Casa de Don Antonio Hoces Carrillo / Después vivienda, oficinas y comercio.
Hoy: Museo de la Pintura Mural.

 

Obispo 119, imagen del edificio restaurado en la década del '80

Obispo 119, imagen del edificio restaurado en la década del ’80

 

En esta antigua casa de la calle Obispo, tiene su sede el Museo de la Pintura Mural desde el año 2006. Sus especialistas trabajan en el rescate de la historia y variedad de este elemento decorativo que engalanó muros y fachadas en nuestras construcciones durante la etapa colonial. Recientemente se ha trabajado en el mantenimiento de la fachada y en su interior, se rediseñó el espacio expositivo, dotándolo de mayor atracción. En los tiempos actuales permanece cerrado al público, como lo imponen las condiciones de la pandemia, pero se trabaja sin descanso para recibir a los visitantes, en cuanto sea posible reabrir sus puertas.

 

Planta baja para la venta de libros (antes)

Planta baja para la venta de libros (antes)

 

Se conoce que, desde tiempos remotos, perteneció al Mayorazgo de Antón Recio, uno de los primeros vecinos de la ciudad. En 1648 fue su propietario el vecino don Antonio Hoces Carrillo y Córdova, nombre que aún la identifica. Desde entonces se consideró una de las mejores construcciones domésticas de la ciudad y su ubicación privilegiada, por estar frente a la antigua Iglesia Parroquial Mayor.

 

Nuevas obras de remodelación a finales del siglo XX

Nuevas obras de remodelación a finales del siglo XX

 

En el siglo XVIII la compró el Dr. Diego Rubí de Celis. Durante el siglo XIX tuvo diferentes propietarios y en planta baja, accesorias comerciales.

Entrado el siglo XX pertenecía a María Teresa Soulé y Senmanat, quien la arrendó a diferentes vecinos, comenzando a subdividirse los espacios originales. La planta baja se destinó a comercio, con diferentes puestos de ventas. Luego se comunicó en su interior con la casa vecina de la calle Obispo y Mercaderes. El paso del tiempo provocó su irremediable deterioro, al quedar convertida en casa de vecindad.

 

El edificio en 2006

El edificio en 2006

 

Con la gesta restauradora de los años 1980 se rescató el edificio. En la planta alta estuvo la sede del Taller de Arquitectura de la Oficina del Historiador, espacio compartido con la vivienda de dos familias. La planta baja estaba ocupada por una exposición permanente de carruajes.

 

Museo de la Pintura Mural en la actualidad

Museo de la Pintura Mural en la actualidad

 

Periódicos trabajos de restauración se ejecutaron en el inmueble, hasta que devino en Museo de la Pintura Mural, fue entonces que la fachada alcanzó la imagen que perdura en el presente. En planta baja se vendían libros antiguos. Este espacio fue utilizado después por el propio museo para exponer valiosas muestras de pintura mural.

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