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Casa de la calle Obispo No.121-123 esquina a Mercaderes

5 de agosto de 2019

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Antes vivienda y comercio.
Hoy: Mercería La Muñeca Azul; librería y café.

 

1-Casa de Obispo y Mercaderes (antes de la restauración)

Casa de Obispo y Mercaderes (antes de la restauración)

 

El peculiar inmueble colonial ocupa desde antaño un solar privilegiado en la zona más antigua de la ciudad, los trabajos de restauración le restituyeron sus características de vivienda de primer orden, dentro de las edificaciones domésticas del siglo XVII. En el siglo XIX fue objeto de una serie de transformaciones y compartió la función doméstica con la comercial. Llegó al siglo XX con el deterioro propio del paso de los años, convertida en casa de vecindad, hasta la década de 1980 cuando se trabajó en su restauración.

 

asa de Obispo y Mercaderes (después de la restauración)

Casa de Obispo y Mercaderes (después de la restauración)

 

La fachada recuperó su apariencia original con la restitución de los elementos de madera, el tejaroz y el tejadillo. Se trabajó también en los espacios interiores para acondicionarlo a las nuevas funciones que pasó a desempeñar. En 1983 se instaló en la planta baja del edificio un herbolario o farmacia tradicional, destinada a la medicina verde, que prestó servicios a la población hasta 1997 cuando se sustituyó por la mercería “La Muñeca Azul” que llega a nuestros días.

 

Casa de Obispo y Mercaderes, nueva remodelación

Casa de Obispo y Mercaderes, nueva remodelación

 

Hacia la calle Mercaderes abrió sus puertas la casa de las infusiones, que devino después en el café “Columnata Egipciana”. Mientras la planta alta se destinó a sala de museo.

 

Comercios por la calle Mercaderes

Comercios por la calle Mercaderes

 

Pasados algunos años se añadió en los bajos un establecimiento para la venta de publicaciones de la Oficina del Historiador, junto al café que, actualmente rehabilitado, reabrió sus puertas dedicado a la memoria del escritor, abogado y diplomático portugués Eça de Queiroz, porque según cuentan, en el siglo XIX este lugar era uno de sus sitios preferidos, cuando se desempeñaba como cónsul de Portugal en nuestra capital. De ahí que el diseño interior del establecimiento, haga alusión a su figura y país. Un mural cerámico, con fotos y frases de Queiroz le rinde homenaje de recordación, además de las fotografías de los tradicionales tranvías que aún transitan las antiguas calles de Lisboa.

 

El café por la calle Mercaderes

El café por la calle Mercaderes

Detalles del café

Detalles del café

Placa conmemorativa en fachada

Placa conmemorativa en fachada

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