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Casa de la calle Mercaderes No. 208, entre Amargura y Lamparilla

13 de noviembre de 2017

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Antes: Comercio y vivienda.
Hoy: Restaurante “La Imprenta”.

 

Mercaderes 208 antes de la restauración

Mercaderes 208 antes de la restauración

 

Se conoce que durante el siglo XVIII ocupaban esta parcela dos casas bajas con cubierta de tejas que no perduraron en el tiempo, porque entrado el siglo XIX se reconstruyeron y unificaron en una sola edificación de dos plantas de altura. Perteneció durante muchos años al Sr. José Bruzón y después a sus herederos.

 

Mercaderes 208

Mercaderes 208

En 1913 la compró el comerciante español Víctor Suárez y Fernández, quien además radicaba en la edificación y fue quien entregó la casa en inquilinato a la sociedad de “Solana Hermano y Compañía”. Desde entonces el inmueble comenzó a desarrollar la función comercial, llevándose a cabo en su interior algunas transformaciones necesarias para este nuevo uso, obras que se hicieron extensivas a la fachada, cuando se le incorporaron columnas de hierro que sostenían las amplias puertas de cortinas metálicas, propias de los establecimientos comerciales y almacenes.

 

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Luego del triunfo de la revolución y las leyes de nacionalización puestas en vigor, estas compañías extranjeras radicadas en nuestro país abandonan el edificio, por lo que sus espacios comenzaron a adoptar distintos usos. La planta baja funcionó como almacén durante largos años y el resto de los espacios progresivamente se convirtieron en viviendas de múltiples familias.

El edificio de la calle Mercaderes No. 208 se deterioró progresivamente hasta ser contemplado dentro de los planes de restauración de la Oficina del Historiador. Con la nueva intervención se rehabilitó íntegramente la parcela de terreno para dotarla de nueva funcionalidad.

 

Mercaderes 208, la Imprenta, Restaurante

Mercaderes 208, la Imprenta, Restaurante

 

Poco después abrió sus puertas el Restaurante “La Imprenta” así llamado porque a principios del siglo XX Abdón Cerqueda Munne, fundador de la imprenta “La Habanera” alquiló la planta alta para instalar aquí su negocio.

Hermoso y acogedor lugar con un esmerado y novedoso diseño de interiores que se pone de manifiesto en su conjunto, mobiliario, luminarias, ambientación, acorde con las tipografías utilizadas en las imprentas, que se manifiestan por sorpresa en cada rincón de nuevo local.

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