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Calderón de la Barca en Martí

28 de mayo de 2021

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calderon“Es Calderón en el ingenio humano cima altísima.” Así calificó José Martí la obra de Pedro Calderón de la Barca, escritor español que el pasado 25 de mayo cumplió 340 años de su muerte.
Enamorado del teatro desde su precoz adolescencia, el Maestro no solo disfruto de la escena en los teatros de La Habana, Madrid, Zaragoza, México, Guatemala y Nueva York, sino que fue además un juicioso crítico teatral de esas puestas en México, un lector constante de las creaciones en ese género y un autor de al menos cuatro obras de las que dos pudo disfrutar sobre las tablas y vías, al parecer, quedaron e n proyectos.
Hombre del teatro, espectáculo que atraía entonces a numeroso público de diversos sectores sociales, Martí se refirió con frecuencia a las cumbres del teatro universal, y en más de una ocasión fijó quienes eran sus escogidos; el griego Esquilo, el inglés Shakespeare, los y alemanes Schiller y Goethe y Calderón de la Barca.
Militar y sacerdote, el español fue por ello el de vida quizás más rica y analista consecuente de la personalidad humana, siempre preocupado por la eticidad de las conductas. Para Martí, ello constituye una de las características que destaca en él al igual que su valía y originalidad como versificador, al punto que en su ejercicio cómo crítico teatral situó a Calderón como el paradigma para los teatristas de su tiempo. Por ejemplo al reseñar un estreno de su amigo mexicano José Peón Contreras, la encuentra “calderoniana en símiles y empuje”, aunque le señala que “no alcanza aún ni es esta tal vez la naturaleza de su genio, a pintar una época, dar forma en Segismundo al alma humana…”
estauaRecordemos que Segismundo es el protagonista de “La vida es sueño”, y se .le ha fijado como el paradigma del análisis del sentido de la vida humana. Encarcelado desde su nacimiento por el rey, su padre, quien se atemorizó por la predicción de un horóscopo de que el hijo acabaría rebelándose contra él y le mataría, el personaje da salida a los rencores de su vida solitaria cuando el rey lo inserta a prueba en la corte. Pero como Segismundo se manifiesta de modo violento y tiránico, vuelve a ser encerrado tras decirle que todo ha sido un sueño. Y ahí Calderón nos entrega a través de este personaje su famosa reflexión sobre la vida: “¿Qué es la vida? Un frenesí// ¿Qué es la vida? Una ilusión// una sombra, una ficción,// y el mayor bien es pequeño.// ¡Que toda la vida es sueño,/ / y los sueños, sueños son!”.
“El alcalde de Zalamea” es lo otra pieza calderoniana cuyo protagonista es llamado “alcalde bravío” por Martí, pues este juzga y sentencia con la ejecución a un militar aristócrata que ha violado a su hija, padre que finalmente logra detener la persecución del jefe de la tropa porque el rey le da el visto bueno a su decisión. De nuevo, el Maestro reconoce el sentido de la dignidad defendida con valor por el alcalde.
La valoración martiana, demostrativa de su conocimiento acera de los clásicos españoles, le hace afirmar lo siguiente: “Calderón es el más grande de los poetas españoles muy por encima del ingenioso Tirso y del valiosísimo fray Lope.” Esta tan alta estima escrita de joven, en 1875, la ratifica seis años después al decir así: “Aquel hombre de su tiempo y de todos los tiempos, filósofo rebelde y siervo manso, rey de suyo y soldado de reyes, gran meditabundo, gran esperador, gran triste, sacerdote más que por creencia en lo divino, por desdén de lo humano: Calderón de la Barca.”

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