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Boris Jaskóvich (I)

16 de agosto de 2013

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Jaskóvich Boris en el Observatorio Nacional en 1950

Europa se hallaba bajo los rigores del invierno, cuando el 20 de febrero de 1906 nació en Siauliai, Lituania, Boris Jaskóvich Hotz. Sus antiguos colegas afirman que en su temprana juventud realizó estudios superiores de Física y Matemáticas en San Petersburgo, sin que se pueda precisar hasta qué nivel. ¿Quedó su preparación en los contenidos del Liceo…? ¿Logró concluir una carrera universitaria o parte de ella…? No podemos dar una respuesta categórica, pues los testimonios, solamente orales, aluden indistintamente a una u otra variante.
Como resultado del proceso político y social que tuvo lugar en Rusia durante los primeros años del siglo XX, mediante el cual la nación pasó del régimen monárquico a la revolución socialista, la familia Jaskóvich Hotz —de raíz hebrea— decidió viajar a la América, animada en lo fundamental por razones económicas. Zarparon con destino a México, pero el panorama en aquel país no parecía suficientemente halagüeño a los viajeros y decidieron quedarse en la primera escala. Así desembarcaron en La Habana, confundidos entre decenas de inmigrantes enviados a la finca Triscornia, en las alturas de Casablanca, con el objeto de cumplir el estricto e ineludible proceso de cuarentena epidemiológica.
Desde aquel lugar, mirando tras las cercas perimetrales, Boris quedó fascinado por tres edificios cercanos que se hallaban sobre la misma elevación. Allí giraban veletas y anemómetros, y se podía observar el lanzamiento de globos pilotos para sondeo atmosférico cada día al amanecer. Sobre el más alto de los pabellones se distinguía la inconfundible cúpula de un refractor astronómico.
Del otro lado de la cerca, José Carlos Millás, director del Observatorio Nacional, reparó en el joven extranjero que a diario permanecía bajo el sol, escudriñando horas y horas, y comprendió que su constancia no se debía a la simple curiosidad sino al interés de un verdadero amante de la ciencia. Pronto se estableció una comunicación entrambos, empleando como puente el idioma inglés.
Según las referencias, hacia 1930 ya Boris trabajaba en el Observatorio y había comenzado a dar muestra de sus extraordinarias habilidades técnicas y sus conocimientos científicos. En 1936 fue designado Encargado de la Sección de Radio, y al mismo tiempo atendía las tareas de mantenimiento técnico de los instrumentos y equipos de la Institución. Antes, se había preparado como radiotelegrafista y obtenido licencia para operar un transmisor de 250W de potencia empleado para la recepción y emisión de datos de la red de estaciones meteorológicas. Frecuentemente la Marina de Guerra le enviaba equipos dañados, con el objeto de que identificara el problema e hiciera la reparación. Aún tratándose de dispositivos recién llegados al País, a veces sin sus planos, lograba ponerlos a punto y que funcionasen a la perfección.
Hasta 1965 Jaskóvich estuvo a cargo de la Sección Astronómica del Observatorio, bajo cuya responsabilidad estaba el servicio de la hora oficial y su transmisión vía telefónica, el cálculo de las salidas y puestas del sol y la luna para diversas localidades del País y el de las efemérides de eventos astronómicos notables, como los eclipses. Otra de sus tareas era el ajuste del cronómetro para la hora sideral, situado en una bóveda de la planta baja del Edificio de Astronomía. Cada día, a las siete en punto de la mañana, realizaba la lectura del barómetro tipo Fortin, patrón del Observatorio, con el objeto de comparar el ajuste y corrección de los barógrafos de la estación de Casablanca.
Además de atender la parte instrumental y la astronómica, dedicaba una buena parte de su tiempo a los numerosos visitantes, generalmente aficionados que pedían realizar observaciones telescópicas, solicitaban una aclaración o formulaban preguntas. No le importaba cuan amplios fueran los conocimientos o preparación del interesado, todos recibían una respuesta completa y deferente hasta quedar satisfechos. También orientaba al denominado Grupo de los Sabatinos, personas que dedicaban la noche del sábado a las observaciones astronómicas.

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