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Benedicto XVI

26 de marzo de 2017

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Su Santidad Benedicto XVI oficia la Santa Misa, en la Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana, Cuba, el 27 de marzo de 2012. AIN FOTO/Marcelino VÁZQUEZ HERNÁNDEZ/sdl

 

Calidez humana y devoción religiosa se dieron la mano durante la visita apostólica que Su Santidad Benedicto XVI realizó a Cuba, la cual se inició por la ciudad de Santiago, adonde arribó poco después de la 2 y 30 de la tarde del lunes 26 de marzo de 2012.

Largamente anunciada y esperada, las máximas autoridades del Gobierno y de la Iglesia dieron la bienvenida al papa, en la que constituyó la segunda ocasión en que un Jefe de Estado del Vaticano visitaba la Isla, aun cuando hubieran transcurrido 14 años desde la anterior, de Juan Pablo II, en enero de 1998.

La presencia de Benedicto XVI fue el punto culminante de un período de celebraciones en ocasión de los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba.

El propio día de llegada, a las 5 y 30 de la tarde, tuvo lugar la Santa Misa en la Plaza del Revolución Antonio Maceo y Grajales de la ciudad de Santiago de Cuba. De ella participó Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, así como otras autoridades y decenas de miles de santiagueros y residentes de otras localidades de la región oriental.

Concluida la Santa Misa, Benedicto XVI colocó en la imagen de la Virgen La Rosa de Oro, una de las máximas condecoraciones otorgadas por la Iglesia Católica a las advocaciones de la Virgen María y creada en 1049 por León IX.

Al día siguiente, la primera actividad del Sumo Pontífice consistió en visitar el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, uno de los propósitos esenciales que lo trajo a Cuba, para “agradecer a los pies de la Madre de Dios, sus desvelos por todos los hijos cubanos”.

En la escalinata del santuario expresó: “He venido como peregrino hasta la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Caridad, la Mambisa, como ustedes la invocan afectuosamente”.

Ya en La Habana, fue recibido por Raúl Castro en un encuentro privado que reveló el estado creciente e ininterrumpido de las relaciones entre Cuba y el Vaticano. La última actividad pastoral de Benedicto XVI fue la Santa Misa que tuvo lugar a partir de las 8 y 30 de la mañana del miércoles 28, en la Plaza de la Revolución José Martí, ante la presencia de cientos de miles de habaneros y cubanos en general, a la cual también asistió el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

En la tarde, y bajo una pertinaz llovizna, el papa emprendió su recorrido de despedida hacia el aeropuerto, a lo largo del cual fue saludado por los habaneros, en representación del pueblo cubano que tanta hospitalidad le ofreció durante sus tres días en el país.

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