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Artesanos en San José

18 de noviembre de 2016

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almacenes san josé

 

La belleza del puerto habanero despertaba elogios de todos los nativos y visitantes y los hacía recordar el papel que ese elemento geográfico desempeñaba en la ciudad. No existen mejores palabras para describirlo que esta expresión de Samuel Hazard, cronista norteamericano del siglo XIX habanero:

“…Una vez más, deslizándonos suavemente, pasando ante los buques de guerra españoles y cruzando por entre barcos de todas las naciones que entran o salen, tenemos ocasión de contemplar esta famosa y bella bahía. Una vuelta a la derecha, y vemos la larga línea de muelles techados, con buques de todos los países anclados unos al lado de otros, esperando la completación de sus cargamentos; a la izquierda las blancas murallas de otro fuerte –Casa Blanca– que domina la ciudad, y más lejos, por el frente, distinguimos el pequeño pueblo de Regla, con sus inmensos almacenes de sólida cantería y hierro corrugado, en los que se deposita el azúcar de la Isla, de estructura tan apropiada y bella como la que pueden tener los mejores del mundo”.

Al igual que estos almacenes de Regla existieron otras construcciones de ese tipo en el puerto habanero: los Almacenes de San José, que hoy sirven de sede al Mercado Artesanal de ese nombre y donde brindan sus servicios a los visitantes muchísimos artesanos.

Los antecedentes de esa instalación están en otros espacios públicos del Centro Histórico como la Plaza de la Catedral, la calle San Ignacio, la Plaza de Armas y finalmente la calle San Telmo, antigua Cortina de Valdés. En este último espacio trabajaron, hasta el 31 de octubre artesanos y libreros, alfareros o ceramistas, artesanos, artesanos pintores, bisuteros, productores de artículos de cumpleaños, modistas, sastres, bordadoras y tejedoras, y talabarteros o productores de calzado, según el libro “Patrimonio y ciudadanía. Experiencias de participación en La Habana Vieja”.

Mas las condiciones de trabajo inadecuadas, que incluían la inexistencia de sitios para cobijar las mercancías y servicios sanitarios, entre otras dificultades, conllevó al traslado de esos trabajadores por cuenta propia hacia las antiguos almacenes de San José, instalación industrial rehabilitada por la Oficina del Historiador para ese fin y que resultó uno de los proyectos urbanos más destacados entre los realizados en el Centro Histórico, el cual forma parte de uno de mayor escala, que incluye la rehabilitación de la Avenida del Puerto y en general del frente portuario.

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