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Aniversario 10 de los huracanes Charley e Iván

8 de agosto de 2014

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Por estos días, muchos compatriotas en nuestro país recordarán el décimo aniversario de uno de esos sucesos que no es posible celebrar: el azote de los huracanes Charley e Iván, entre los meses de agosto y septiembre de 2004. El paso sucesivo de estos dos ciclones tropicales, ambos de gran intensidad, provocó un impacto de alcance nacional.

Cabo San Antonio tras Iván Charley al sur de Cuba

Charley tocó el territorio cubano por Cayo Ávalos, en el grupo insular de los Canarreos, por donde cruzó hacia las 19:00 horas del día 12 de agosto de 2004. Después continuó con un rumbo próximo al norte, y cerca de la medianoche tocó la Isla por un punto intermedio entre Guanimar y Playa del Cajío. Sus vientos máximos sostenidos estuvieron en el orden de 180 km/h, por lo que al cruzar sobre Cuba se clasificó en la categoría SS-3.

Al su paso se produjeron daños en más de 70 mil viviendas y miles de hectáreas de cultivos agrícolas. Respecto al servicio eléctrico, cayeron a tierra 1 400 postes, 28 torres de alta tensión y fueron dañados o derribados 291 transformadores. A pesar de que el centro de Charley no cruzó sobre territorio de Pinar del Río, esa provincia quedó sin electricidad durante una semana, eventualidad debida al derribo de las líneas de alta tensión que le aportaban energía desde otras regiones del país.

Casi un mes después del paso de Charley, Iván impactó el territorio cubano.

Mientras Iván se movía por los mares al sur del Archipiélago, 11 millones de personas se mantuvieron en estado de máxima tensión, conscientes del grave peligro que representaba la cerrada proximidad de un huracán de categoría 5, máxima intensidad en la escala Saffir-Simpson que categoriza la fuerza estos organismos.

El día 14, a las 21:30 horas, la zona central alrededor del vórtice de Iván estaba localizada a escasos 23 kilómetros al oeste–suroeste de Cabo de San Antonio. En ese momento, el extremo occidental de Cuba quedó en la tangente de la pared del ojo, un anillo de máxima violencia. A las 20:50 h, el anemómetro de la estación meteorológica del Cabo fue destruido por una racha de viento.

Charley produjo 4 muertes en Cuba, mientras que al paso de Iván no se registró ninguna víctima fatal. No obstante, las marejadas y ráfagas de este último organismo causaron un impacto de considerable magnitud en los ecosistemas de la Península de Guanahacabibes, a más de los daños provocados en la agricultura por las lluvias que acompañaron al sistema.

Entre ambos huracanes, las pérdidas económicas se calcularon en 2 150 millones de dólares estadounidenses. La labor mancomunada de la Defensa Civil y del Sistema Meteorológico cubano fue reiteradamente elogiada por organismos internacionales especializados del Sistema de Naciones Unidas.

Hoy, ambos son solo historia meteorológica y vivencias para los que vivieron las horas de aquellos dos vendavales ya decenarios.

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