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Ángel Alderete, un prominente director de fotografía

21 de octubre de 2020

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Arribar a su cumpleaños número 70 nos incita a recorrer la trayectoria en el cine cubano de Ángel Alderete Gómez nacido en La Habana el 21 de octubre de 1950. El joven Alderete cursó estudios de pintura en la Academia San Alejandro, así como de dibujante animador y fotografía submarina. XV Aniversario (1974), es el título del primer documental en la filmografía del ICAIC en que figura Ángel Alderete en el crédito de fotografía, compartido nada menos que con el veterano Jorge Herrera y otros doce profesionales que registraron en celuloide los actos conmemorativos por los quince años del triunfo de la Revolución. De 1979 a 1982 realizó como fotógrafo cinematográfico no menos de cuarenta documentales, entre ellos, Círculo del infierno (1996), de Rigoberto López, coproducido entre el ICAIC, el ICRT y los Estudios Cinematográficos y de Televisión de las FAR. Es muy conocido por su trabajo en la serie televisiva La gran rebelión (1980), dirigida por Jorge Fuentes, convertida luego en un largometraje exhibido en cines.

Algo más que soñar, dirigida por Eduardo Moya, fue otra teleserie de gran arraigo en los televidentes, que contó con fotografía de Ángel Alderete, labor por la que obtuvo el premio Espiral y el Caracol en certámenes nacionales. Por este tiempo colaboró también con Lizette Vila en Tango mío y con Tony Somoza en Una noche de estas. Luego de trabajar a las órdenes de Danilo Lejardi en Tela de juicio, concebido para la televisión cubana, Alderete integra el equipo de realización de la serie La botija (1989), filmada con un amplio reparto de notorios intérpretes. Por esta labor recibió el premio Coral en su categoría en el 11. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Sin embargo, se frustró el proyecto de reeditarla más tarde como un largometraje.

Su primer largometraje con destino al ICAIC fue María Antonia (1990), la versión fílmica sobre ese clásico del teatro cubano escrito por Eugenio Hernández Espinosa. En la puesta en pantalla por Sergio Giral, la fotografía preciosista de Ángel Alderete fue decisiva para acentuar esa necesidad creativa de rescatar la forma de expresión del cine latinoamericano de los años cuarenta y cincuenta, con sus sensuales rumberas y sus prostitutas.

Después de este filme, Ángel Alderete es contratado para trabajar en varias producciones extranjeras, como Nazca, dirigida por Benito Rabal, para Televisión Española, y los documentales Luna de miel (1993), de la brasileña Alicia de Andrade para una firma inglesa, Una mirada, realizado por la cineasta sueca Ingrid Seunke y Che, que Gianni Miná filmó destino a la Radiotelevisión Italiana. Se añade Isla Margarita, serie de tres capítulos para esta compañía.

Alderete fue invitado por Julio García Espinosa para integrar el reparto de su filme experimental El plano (1993), realizado en soporte de video en instalaciones de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. En este filme experimental, un profesor de cine, brillante como teórico, intenta aprehender los conflictos de la realidad que cree conocer, pero ello conduce al incremento de sus angustias. Al año siguiente fotografió Maité, la coproducción del ICAIC con España, dirigida por los cineastas vascos Carlos Zabala y Eneko Olazagasti, a la que siguió la producción francesa rodada en locaciones habaneras Últimos días de la víctima (1994), de Bruno Cantillón.

 

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“Reina y Rey” (1994)

 

Julio García Espinosa volvió a recurrir a él para su largometraje Reina y Rey (1994), que parte justamente de una idea argumental del propio Ángel Alderete, plasmada en un guion laureado con el premio Coral en la categoría de inéditos. La protagonista es la anciana Reina, a quien abandona su perro Rey, que representa el centro de su vida cotidiana. Por encontrarlo está dispuesta a todo. Cuando más aguda es su desesperación, llegan de Miami los antiguos dueños de la casa que ella habita, que la pondrán ante la opción más compleja de su vida: La Habana o Miami.

Pata negra: Misión en el Caribe (2000), otra coproducción con España, dirigida por Luis Oliveros, integró en el equipo de realización a este importante fotógrafo. En la trama de esta comedia, un joven es enviado al Caribe por una multinacional japonesa para estudiar la viabilidad de montar una granja de cerdos Pata Negra en un imaginario país latinoamericano y allí será testigo y víctima de las insólitas y absurdas situaciones de riesgo y peligros.

Ángel Alderete, después de intervenir en la realización de numerosos documentales, spots publicitarios y de producciones extranjeras filmadas en la Isla a las cuales prestó servicios el ICAIC, así como videoclips, asume la dirección de fotografía de Las noches de Constantinopla (2002), realizado por Orlando Rojas. En esta oportunidad tuvo que ingeniárselas para lograr el ambiente peculiar de la vetusta mansión en que transcurre casi todo el argumento. En una entrevista, declaró este importante fotógrafo: «Solo dominando la luz se puede generar una atmósfera dramática con la fotografía. Esa atmósfera es lo que identifica tu trabajo, es lo que quizás pueda ser perceptible para algunos, los otros códigos, el como tú te vales para llegar hasta ahí, es más difícil de descifrar».

Volvió a recibir el premio Caracol a la mejor fotografía en el concurso de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la UNEAC por el documental Iré Habana (2005), producido por la SGAE. Ese mismo año acudió al llamado de Juan Carlos Tabío para trabajar juntos en el corto de ficción Molinos de viento, concebido como parte de los festejos conmemorativos de los 400 años de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. La cámara conducida por Alderete se las ingenió para extraer el máximo de posibilidades expresivas de la locación escogida para el monólogo de un funcionario personificado por Jorge Perugorría.

 

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Rebeca Chávez contó con el profesionalismo de Alderete para su opera prima en el largometraje, Ciudad en rojo (2008), en la que las imágenes consiguen transmitir el clima asfixiante de una ciudad sitiada en este filme inspirado en la novela Bertillón 166 del escritor santiaguero José Soler Puig. Años más tarde, la cineasta volvió a trabajar con él en su notorio documental Luneta número 1 (2012).

En el año 2009, Ángel Alderete fue el director de fotografía de Lisanka, coproducción del ICAIC con Rusia, dirigida por Daniel Díaz Torres basada en el cuento «En el kilómetro 32» del narrador cubano Francisco García. En el argumento de esta comedia, dos jóvenes se disputan el amor de una muchacha en Veredas, en la región occidental de la Isla, durante la Crisis de los misiles en octubre de 1962. Un joven soldado soviético de la base donde se encuentran enclavados los cohetes, se convierte en un peligroso rival para ellos.

Y sin embargo… (2012), realizado por Rudy Mora es otro título en la amplia filmografía de este fotógrafo, quien consiguió captar las distintas atmósferas de los lugares que recorre un niño de gran imaginación. La cinta obtuvo el premio a la mejor fotografía, entre otros galardones, en el octavo Festival Internacional de Cine Infantil de Santo Domingo, República Dominicana.

Ángel Alderete ha sido foto-reportero en varios países de África y camarógrafo de noticieros de la televisión cubana y la Agencia CBC. Imparte periódicamente seminarios y conferencias sobre su especialidad en distintos países, y ha ejercido la docencia como profesor en la Escuela Internacional de Cine y Televisión. Actualmente es Profesor Titular de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), del Instituto Superior de Arte de Cuba.

El prestigioso director de fotografía norteamericano Haskell Wexler, con quien trabajó Alderete en el documental realizado en enero de 1998 en ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, señaló en una carta de reconocimiento de su labor: «Lo recomendaría altamente para cualquier trabajo en cine o video sin reservas. Tomó la iniciativa y se esforzó para que saliera bien nuestro trabajo. No es fácil trabajar conmigo porque exijo la calidad técnica y artística y además que las personas de mi equipo tengan respeto y sensibilidad por los sujetos que estamos filmando. El señor Alderete demostró una alta sensibilidad y respeto además de su capacidad técnica y artística».

 

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Bailando con Margot (2015)

 

Para su primer largometraje de ficción: Bailando con Margot (2015), Arturo Santana contó en el equipo de profesionales que reunió a este experimentado director de fotografía que contribuyó con su preciosismo a las atmósferas visuales de las distintas épocas en que se desarrolla la trama. A la muy cuidada fotografía en blanco y negro de Ángel Alderete corresponde lo único sobresaliente en Club de jazz (2018), el segundo largometraje de Esteban Insausti, que por los distintos ámbitos en los cuales transcurren los argumentos de los cuentos que lo integran, demandó también un complejo trabajo fotográfico.

Esperamos con crecientes expectativas que la nueva normalidad imperante tras la crisis epidemiológica posibilite la première de El Mayor, en el que Ángel Alderete, su director de fotografía, se responsabilizó con el procesamiento final tras el abrupto deceso del realizador Rigoberto López. Esta suerte de travelling con nuestra imaginaria cámara posibilitó un recorrido por la amplia filmografía de un profesional tan reputado como este, laureado con la Distinción Por la Cultura Nacional.

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