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Amelia Earhart

28 de junio de 2013

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La vida de Amelia Earhart, quien solo vivió 41 años, tuvo la intensidad de una carrera de 100 metros. De un valor temerario, en carta a su esposo George Putnam le decía: “Por favor debes saber que soy consciente de los peligros, quiero hacerlo porque lo deseo. Las mujeres deben intentar hacer cosas como lo han hecho los hombres. Cuando ellos fallaron sus intentos deben ser un reto para otros”.
Nacida el 24 de julio de 1897 en Atchison, Kansas, Amelia se enroló voluntariamente para realizar en Toronto las funciones de enfermera durante la Primera Guerra Mundial, en la atención de los pilotos heridos durante los combates aéreos y visitó un campo de aviación, en lo que constituyó una ocasión determinante para su posterior decisión de pilotar aviones. Recibió clases de aviación y adquirió un aeroplano Kinner, con el cual sufrió un accidente. En 1922 consiguió su primer record de altitud al elevarse hasta 14 000 pies (4 267 metros).
El 3 de junio de 1928 despegó desde Estados Unidos hacia Europa como acompañante del piloto Wilmer Stultz y del mecánico Louis Gordon. Aterrizaron al sur de Gales, con muy escasa gasolina en los tanques, y aunque Amelia reconoció que había hecho muy poco, que el mérito era del piloto, se convirtió en centro de las entrevistas y comenzó a ser equiparada con Charles Lindbergh, quien primero atravesó el Océano Atlántico en un vuelo solitario, y recibió la felicitación del presidente norteamericano.
La travesía de Amelia Earhart hasta el aeródromo de Columbia en La Habana fue acompañada por los pilotos militares cubanos capitanes Laborde y Martull, quienes la escoltaron en el aire. Llegaba a mediados de enero de 1929 para asistir a la inauguración del Servicio Aéreo Centro Americano, invitada por Panamerican Airways. Con su esbelta figura y pelo rubio corto recogido en un sombrerito, el rostro simpático de Amelia fue retratado por varios fotógrafos y reproducido en publicaciones como Carteles, Bohemia y Social.
El 20 de mayo de 1932, en su avión Lockheed Vega, realizó en solitario el vuelo entre Harbour Grace, Terranova, y Gran Bretaña, primer piloto en lograrlo desde Lindbergh, cinco años atrás. Se le eligió por votación la mujer del año en Norteamérica.
Amelia desapareció en su intento de travesía alrededor del mundo. El último contacto de su posición lo sostuvo mientras volaba sobre la isla de Howland, muy cerca de la línea ecuatorial. Nunca más se supo de ella, ni de su acompañante y el avión. En 1938 se erigió un faro en su honor en la isla de Howland y el  5 de enero de 1939 se la declaró fallecida.

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