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Al pasar de los años

16 de octubre de 2018

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“El tiempo el implacable, el que pasó…” aunque es parte de una canción, puede aplicarse a la vida real, porque el paso del tiempo siempre está entre nosotros, para recordar, olvidar, envejecer… Y estoy pensando en una orquesta que, aunque fue ejemplo de calidad y creatividad, hoy sólo se evoca de vez en cuando. Pero su historia puede conocerse gracias a la investigación realizada por Gaspar Marrero, plasmada en su libro “La Orquesta Aragón” y publicado por la Editorial José Martí en el año 2001. A los inicios de esta agrupación musical, dedicaré mi comentario de hoy.

El inspirador de esta orquesta fue Orestes Aragón Cantero, cienfueguero que, aunque era carpintero, ebanista y pintor de brocha gorda, siempre tuvo inclinaciones musicales, por lo que también fabricaba instrumentos e, incluso, tocaba el bombardino en la Banda del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, aunque su sueño era crear una orquesta.

La Aragón se fundó en 1940; pero tuvo su antecedente en una charanga que se llamó Rítmica del 39, organizada por el flautista Efraín Loyola. Poco tiempo después de creada, el entonces adolescente de 13 años, estudiante de violín, Rafael Lay, fue escogido para tocar su instrumento, sin imaginar que un día sería el director, hasta el final de su vida. Esta agrupación musical, sufrió cambios en cuanto a los instrumentos, el repertorio, y algunos de sus integrantes, y en 1949, siendo ya su director Rafael Lay, se inició una nueva etapa en su historia, al incluir el cha-cha-chá en sus actuaciones, un género creado por Enrique Jorrín, pero popularizado por Lay. Poco después, la orquesta grabó sus primeros discos comerciales, más tarde se instaló en La Habana para siempre y un día fue contratada como exclusiva de la Cerveza Cristal en Radio Progreso, cuyo tema aún se mantiene. Pero la popularidad de la Aragón se convirtió en un problema para otras orquestas, que comenzaron a organizar un verdadero complot, al comunicar a los empresarios interesados que no actuarían en baile alguno donde estuviera contratada la Aragón. Sin embargo, Rafael Lay no se desanimó y, poco a poco, las aguas fueron cogiendo su nivel, hasta que en la década de los años 50 de la pasada centuria, la orquesta inició su carrera internacional.

La Orquesta Aragón alcanzó la cima musical tanto dentro como fuera de Cuba; pero pocas semanas después de un exitoso viaje a Venezuela, el viernes 13 de agosto 1982, a las 6 de la tarde, un accidente de tránsito tronchó la vida de Rafael Lay, en el lugar conocido como La Sierrita, en el municipio de Cumanayagua, en Cienfuegos

Algunas personas pensaron que con el fallecimiento de Rafael Lay, la Aragón se extinguiría; pero se equivocaron, porque han pasado 32 años desde entonces, y aún continúa sonando muy bien, aunque sin alcanzar la promoción que merece.

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