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Agustín Lara

22 de mayo de 2019

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Corría el mes de junio de 1951, cuando estaba de visita por esta ciudad de San Cristóbal de La Habana el célebre compositor mexicano Agustín Lara. No era la primera ocasión, y regresaba para departir con viejos amigos, admiradores y gentes de la farándula que lo echaban de menos.

Con su sobrenombre a cuestas, El flaco de oro se ajustaba muy bien a su figura enjuta y a su facilidad extraordinaria para convertir en éxito cuanto bolero salía de su inspiración. La revista Bohemia le dedicó tres páginas completas de fotografías y declaraciones. Un redactor apuntaba: “Lara es un conversador interesante. El autor de Granada es un nostálgico y esto se encuentra latente en sus canciones”.

La primera de las visitas de Agustín Lara a La Habana es poco recordada. Tuvo lugar en 1932, y lo acompañó entonces el cantante Pedro Vargas. Regresó siete años después, en 1939, de nuevo con Pedro Vargas, quien ya era muy popular en Cuba. La revista Carteles insertaba una entrevista donde Lara explicaba cómo escribió su primera canción y las razones que lo motivaron:

“Fue por contagio. Se celebró un concurso de la canción en el teatro Lírico de México. Guty Cárdenas, que fue mi amigo entrañable e inolvidable, triunfó con su canción Nunca. Yo escribí entonces mi primera canción. Se titulaba Yo sé que es imposible que me quieras.

Pero ahora regresemos un poco más acá y situémonos en otra visita del gran Agustín Lara, la que efectuó en junio de 1952. De aquella estancia se ha recordado bastante su presentación en el cabaret Montmartre (donde después estuvo localizado el restaurante Moscú, en el barrio del Vedado capitalino). Allí tocó el piano y condujo la orquesta acompañante de violines.

El creador de melodías tan populares como Noche de ronda, Mujer y otras muchas, hizo en Cuba grandes amistades con gentes de pueblo y figuras de la cultura por igual. La huella cubana en la obra de Lara quedó expuesta en varias de sus composiciones, como La Cumbancha, que es un homenaje a la percusión antillana, también está presente en la clave Noche criolla, en la canción Sueño guajiro, y en el danzonete Pobre de mí, por mencionarte unos pocos ejemplos.

Tuvo una vida bohemia, de amores muy comentados (¿quién no recuerda su matrimonio con la diva María Félix?), de algunos desengaños, pero sobre todo marcada por el éxito, que acompañó a su talento artístico y laboriosidad. Así, hasta su muerte en 1970.

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