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Adultos mayores: doble estigma

11 de julio de 2019

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Los adultos mayores que viven con VIH enfrentan situaciones más complicadas que un adulto joven con este diagnóstico, por una parte existe la discriminación y el estigma por su condición de seropositivos y en ocasiones la discriminación por la edad, rara vez en estas edades se conversa de sexo con su médico o familiares.

No debemos olvidar tampoco a la tercera edad de la comunidad gay, lésbica y trans, que en su mayoría ya enfrentan, desafortunadamente, situaciones complejas de estigma y discriminación por su preferencia sexual, en el seno familiar incluso, situación que se agrava por su condición serológica.

Entonces se hace necesario mejorar nuestra comunicación sobre sexualidad, VIH e ITS con este grupo poblacional.

Trabajar para disminuir el estigma relativo a las necesidades sexuales de esas personas y alentarlos a hablar de estos temas con sus médicos, amigos o parejas, ya que para ellos las barreras sociales para hablar sobre sexualidad o ITS/ VIH/Sida son más fuertes a medida que envejecen y existen pocas estrategias eficaces para este segmento de la población.

Debemos recordar que las personas de 50 años o más cuentan con pocos materiales educativos y escasos mensajes de bien público en la radio o la televisión, por lo cual como ya dijimos les llega menos información al no verse reflejados.

El sida en la tercera edad constituye un problema grave de salud para cualquier persona que lo padezca, veamos por qué:

En la mayoría de los casos es una población que ya tiene un padecimiento crónico, dígase Diabetes Mellitus, Hipertensión arterial, problemas cardíacos, renales u otros relacionados con la edad, por lo que ya toman algún medicamento de forma sistemática, a los que hay que añadir otros para la infección por VIH, esto hace que lo olviden, tengan poca adherencia al tratamiento y una buena adherencia es la base para una buena evolución en los pacientes con esta infección.

Muchos viven solos o solas y no tienen quien les recuerde tomar la medicación a su hora, o tener una buena alimentación o dormir las horas necesarias, asistir a los chequeos médicos periódicos etc.

Se hace necesario entonces pensar que el VIH puede tocar a cualquier persona con vida sexual activa, cualquiera que no se proteja, incluyendo a nuestros padres, familiares cercamos o amigos con más de 50 años. Conversar sin tabúes ni reservas sobre estos temas con ellos es algo que no debemos dejar para mañana, el VIH/sida existe y debemos evitar las nuevas infecciones. Hay que admitir que en estos tiempos se llega a estas edades con mejores condiciones físicas y se practican relaciones sexuales hasta edades más avanzadas.

En Cuba existe una Línea de trabajo llamada 50 y + cuya finalidad es trazar una estrategia para llevar la información y educación sobre estos temas a la población mayor de 50 años, sobre ella hablaremos próximamente.

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