Adolescencia: la edad de las contradicciones (II)

23 de enero de 2015

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Raúl Fuillerat Alfonso

La semana anterior prometidos profundizar es algunos aspectos relacionados con la educación de los adolescentes y de forma más específica en lo referente al acercamiento necesario, sin sobre pasar límites que pueden ser más perjudiciales a los grupos de pertenencia de nuestros adolescentes, pero también, de cómo ellos, si nos lee alguno en este momento, puede propiciar ese acercamiento de los adultos cercanos a él a su grupo de pertenencia.
Es decisivo esa estrecha relación entre los adultos y el grupo de adolescentes al cual pertenece su hijo, pero en este sentido, sabemos que los adolescentes se resisten a ese acercamiento porque los puede hacer lucir ante su grupo como indefensos, como inmaduros, como los niños de papá y mamá, y es por ello, que se niegan rotundamente a que los lleven a la escuela, que le lleven o llevar meriendas, y que estén demasiado cercanos a su grupo. En este sentido, si usted es un adolescente, recuerde que al mostrarle su grupo de pertenencia a sus padres y otros adultos cercanos, le esta reafirmando su grado de madurez, la excelente selección que ha hecho, y en caso contrario, de no ser el mejor grupo de pertenencia, sus padres, con argumentos respetuosos, le podrán ir mostrando lo perjudicial del grupo que ha seleccionado para sus actividades cotidianas. Es posible que de momento puedas pensar que ellos se quieren imponer una vez más sobre ti, porqué te consideran un inmaduro, no debes pensar en eso, y si estuvieran equivocados, con respeto demostrarles que no han conocido en realidad a tu grupo de pertenencia. No olvides nunca, tampoco los adultos, que conversar con respeto, dialogar, comunicarse es la mejor fórmula para lograr los más efectivos resultados.  En el caso de los adultos, deben y pueden atraer al grupo que toma de referencia su adolescente, organizar acciones que propicien esas relaciones interpersonales y afectivas a través de actividades culturales, deportivas, investigativas. Esta es una etapa de muchos intereses cognoscitivos donde ya comentábamos, que la pertenencia al grupo es determinante.
Recibir al grupo en el hogar, hacernos participes del mismo  sin llegar a extremos, apoyarse en ese grupo que el mismo ha elegido como patrón y desarrollar actividades donde puedan canalizar sus intereses y todas esas contradicciones. Un ejemplo muy cercano es cuando desarrollan actividades extra escolares, la  escuela al campo; paseos y excursiones, donde se sienten libres, con independencia, aprenden a tomar decisiones, se divierten y sobre todo, están con su grupo. No olvidemos que la integración al grupo es un elemento esencial en esta etapa de la vida y el adolescente que no se integra al mismo, puede presentar trastornos en el proceso de formación de su personalidad.
Otro elemento importante en la relación de los adultos con los adolescentes es el no tratarlos como niños y niñas, porque no lo son. Es muy importante escucharlos, sobre todo, para conocer como están orientados y tratarlos con mucho respeto. Es importante hacerlos participes de las decisiones familiares y darle algunas responsabilidades dentro de la familia y de la escuela, debe siempre llegarse a acuerdos con ellos, aunque dentro de un marco de normas y principios que establece la familia.
Cuando nos pide permiso para salir, saber con quién va, con quienes se reúne, donde es, y el horario de llegada determinado por el adulto. El adolescente tiene que estar consciente de las normas y principios de la familia y en la misma medida que los adultos le respeten, ellos aprenderán también a respetarnos.
Las prohibiciones son absurdas y fatales, por ello, antes de decir no, pensarlo bien, primero, porque los cambios de decisiones, son muy perjudiciales y en segundo lugar, porque ese “no”, nunca debe ser impuesto con esa ilógica frase de que: “No porque yo no quiero, porque yo te mando, porque yo te mantengo, y hasta la irrespetuosa frase de porque me da la gana y lo digo yo”. Siempre debe tener una explicación lógica. No decir no, sin que no medie un análisis y siempre darles una explicación. Debemos lograr que prevalezca aquella máxima de que…yo confío en ti y tú no puedes defraudarme.
Es muy importante que ambas partes lleguen a comprender que existen normas y control, incluso se pueden chequear de lejos, o sea una confianza, pero con control, sin llegar a humillarlos delante de los demás, y para ello, debemos brindarles seguridad, para que puedan ir ganando en independencia y para que puedan pasar, esta etapa de la vida con calidad y sobre todo, preparándolos para el futuro, para que puedan llegar a vivir cada día, con salud y felicidad.
Entonces, algo importante, la adolescencia no es una etapa de crisis, no es como dicen muchos, “adolescente que adolece, que padece”, esto es un grave error, adolescente significa cambio, no que adolece, ni mucho menos que sufre, por el contrario, es un cambio tan natural como el que nos puede suceder cuando entramos en la ancianidad, que pueden traer contradicciones, pero que pueden tener solución o atenuarse hasta que se logre el cambio de estilo de vida que requiere la nueva etapa de vida, pero nunca intente verlo como una  crisis, y si eres un adolescente, mucho menos, crearte sentimientos de culpabilidad.