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Acercamiento a los instrumentos musicales Abakuá y su incidencia en la música popular cubana (I)

13 de mayo de 2021

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Iremé Abakuá

 

Los primeros años del siglo XIX cubano fijan la impronta y forja de la nacionalidad cubana.
La corriente ideológica independentista obra como fuente de consolidación de lo nacional.
El negro como mano de obra esclava devino con su integración al independismo, lucha revolucionaria y determinante filiación patriótica gestora y depositaria de “lo cubano” y a la transculturación integradora, devenida en concordancia de una cultura cubana.
La música del negro africano en Cuba, no sonada y cultivaba en los barracones, pues después de dieciséis horas de trabajo forzado ¿quién tenía fuerzas para practicar música; si acaso como dávida otorgada por el amo al esclavo se le permitía algunos domingos cultivar sus músicas.
Esta práctica, generalmente, se podía escuchar en el llamado cabildo de nación, verdadero reservorio de la cultura africana en Cuba. De esta forma, esta música pasaría a la configuración de formas y especies de lo después conocido, propiamente, como música afrocubana y luego cubana.
En el entorno caribeño, Cuba devino uno de los lugares más singulares de nuestro mediterráneo insular al que se suman algunos espacios continentales, con acentuada desembocadura en el mar Caribe; pues desde el comienzo de la Trata en América en el lejano siglo XVI hasta aproximadamente 1880, recibe enormes contingentes de negros comprendidos en una amplia gama tribal.
En todo este espacio de tiempo, fragua un mestizaje capaz de adoptar a la Iglesia y el idioma castellano como conciencias unitarias.
Sin embargo, es detectable que los amplios procesos deculturizadores, sufridos por el negro africano trasplantado en Cuba, trata de eliminar la idiosincrasia de estos hombres, implantando un lazo religioso dejado trunco y atrás en la tierra africana. Si bien, la memoria histórica quedaba inyectada constantemente, con el arribo a Cuba de nuevas oleadas de esclavos, capturadas en las costas africanas.
Esta infusión, afectó de manera positiva, diversos cultos y formas religiosa practicadas por el africano en su asiento natural desde tiempos inmemoriales, entre la que se encuentra la Sociedad Ecoria Eyene Abakua.

 

6 de enero es el día de los Abakuá en Cuba

6 de enero es el día de los Abakuá en Cuba

 

Abakuá se ha mantenido vivo y en práctica, desde su impronta en suelo cubano, gracias a verse integrado por hombres de diversas clases sociales, alimentando a sus afiliados o juramentados, con el cultivo de sus misteriosos ritos, cantos, y bailes, desde una práctica constante a través de la oralidad.
Abakuá, desde su traza en la segunda década del siglo XIX, hasta aproximadamente los primeros cuarenta o cincuenta años del siglo XX, fue ferozmente perseguido y rodeado por las más horribles acusaciones.
Abolida la esclavitud, inmensas oleadas de hombres negros abandonaron los campos, espacios naturales donde por espacio de tres siglos, habían sufrido ellos y sus antecedentes increíbles maltratos y humillaciones.
Es entonces que, de acuerdo a las nuevas leyes para los libertos, buscaron en las ciudades y pequeños poblados, posibilidades de reconstruir sus vidas y costumbres con indudables espacios de recreación de conceptos cosmogónicos y teogónicos, dejados en la lejana África.
En este panorama, permeado por incertidumbres e inseguridades sociales, surge en 1836 la Sociedad Ecoria Eyene Abakuá, y la primera potencia Efik Butón, tomando en cuenta lo que nos ha revelado la tradición, en el ultramarino poblado de Regla.
Paralelo a esta acciones, el hombre negro también se entregó a la recreación de sus viejos cantos y danzas, ahí surgió como reproducción de los grandes orfeones catalanes y asturianos, medianas agrupaciones corales, denominadas Coros de Clave, como instrumento para el cultivo de cantares ancestrales, traducidos en claves folclóricas, habaneras, y cantos de un fuerte acento abakuá.

 

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Coro de Clave La Yaya, Sancti Spíritus

 

La memoria histórica nos describe a los coros de claves denominados El piano, Dulzura de Euterpe, El clavel, y La lira, como asociaciones muy populares en las ciudades de La Habana y Matanzas.
Luego de introducido en La Habana desde matanzas, el guaguancó, como la especie musical popular más sobresaliente de la fiesta llamada “rumba”, los coros de clave a principios del siglo XX paulatinamente, pasaron a denominarse “Coros de clave y guaguancó”.
La clave folklórica, como expresión genérica musical empleada por los coros de clave, estaba concebida en compás de 6/8 con alternancias de 3/4. Para su interpretación, se requería de un reducido instrumental músico, compuesto por botijuela, guitarra, marimbula, y un pequeño tamborcito llamado viola donde marcar el compás; amén de un músico con conocimiento de la gramática, y amplias dotes musicales, que se hacia llamar censor o tonista.

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