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Acaso… ¿Una epidemia?

8 de julio de 2016

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La interrogante mueve a la reflexión, pero no sin antes mencionar los innumerables accidentes que ocurren en el mundo, tanto de autos, ómnibus, motos, como trenes y hasta aviones. No obstante, es en calles y carreteras, donde se repiten aumentando las trágicas estadísticas.

No siempre las causas responden al exceso de velocidad, al poco dominio del tipo de transporte o a la violación de las leyes elementales del tránsito. Aún los mejores choferes propician desastres evitables por disimiles motivos: manejar en estado de embriaguez; distraerse conversando con quienes viajan en el carro –o por celulares– mientras conducen.

Mención aparte merecen los peatones que cruzan las calles hablando por sus móviles.

Violaciones –en una palabra– contempladas en las leyes internacionales del tránsito, al desatender la vía y perder con ello la instintiva reacción ante un imprevisto.

Otro factor de riesgo conocido es el alto volumen del radio mientras están al timón, que no permite escuchar el sonido de un claxon, sirenas de ambulancias, o un grito de advertencia solidario.

Por último, peligran quienes requieren medicamentos que afectan la capacidad psicomotora en el tiempo de reacción, coordinación mano-ojo, así como otras cognitivas que influyen en la toma de decisiones imprescindibles para una conducción segura, es decir, fármacos que producen somnolencia, reducen los reflejos y alteran la percepción de las distancias, de la vista o la audición; sin obviar los trastornos musculares agudos: espasmos, calambres e incoordinación motora.

Los antidepresivos actúan a nivel del sistema nervioso para mejorar el estado de ánimo del paciente deprimido, y sus propiedades sedantes, provocan cansancio, torpeza e inseguridad, dificultando la concentración y el pensamiento.

Y un recordatorio a los padres complacientes que hacen felices a sus hijos enseñándolos a manejar como un juego. A partir de ese momento, sean prevenidos, cuando lleguen a la casa, no dejen las llaves del carro al alcance de sus niños.

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