ribbon

Las características y variedad en el contenido de los “Versos Libres” de José Martí

23 de junio de 2017

|

 

image005

 

Como parte de la variada obra poética de José Martí, se encuentran sus Versos Libres, escritos fundamentalmente en 1878, aunque algunos están fechados en 1882.

Muy diversa es la temática, la extensión y la forma de estos versos, que no fueron publicados hasta varios años después de su muerte cuando Gonzalo de Quesada y Arostegui dio a conocer en las Obras Completas de Martí una gran parte de poemas, cartas, trabajos periodísticos y discursos.

En la introducción de sus Versos Libres, Martí expresó el significado que le concedió a lo que calificó como tajos de sus propias entrañas o como sus guerreros.

Él afirmó: “Estos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados. Mientras no pude encerrar íntegras mis visiones en una forma adecuada a ellas, dejé volar mis visiones: ¡oh, cuanto áureo amigo que ya nunca ha vuelto!”

Y tras especificar que la poesía tiene su honradez, y que él había querido siempre ser honrado, precisó: “Recortar versos, también sé, pero no quiero. Así como cada hombre tiene su fisonomía, cada inspiración trae su lenguaje.”

Y sobre la poesía expuso cómo le agradaba más al expresar: “Amo las sonoridades difíciles, el verso escultórico, vibrante como la porcelana, volador como un ave, ardiente y arrollador como una lengua de lava.

Más adelante aseguró: “El verso ha de ser como una espada reluciente, que deja a los espectadores la memoria de un guerrero que va camino al cielo, y al envainarla en el Sol, se rompe en alas.”

Los Versos Libres de Martí tienen una estructura irregular. Algunos son muy extensos, con más de cien versos, como el titulado “Banquete de tiranos”. El más pequeño lleva por nombre “Crin hirsuta”. Solo tiene ocho versos.

Sobre cómo le nacieron estos poemas Martí especificó: “Ninguno me ha salido recalentado, artificioso, recompuesto, de la mente; sino como las lágrimas salen de los ojos y la sangre sale a borbotones de la herida. No zurcí de éste y aquel, sino sajé en mí mismo. Van escritos, no en tinta de academia, sino en mi propia sangre.”

También en varios de sus Versos Libres Martí hizo alusión a lo que había expuesto en relación con la trascendencia y significación que le atribuía a la poesía.

En el identificado como “Estrofa nueva”, manifestó:

 

¡Cuando, oh Poesía,

Cuanto en tu seno reposar me es dado

Ancha es y hermosa y fúlgida la vida.

 

En otro de sus Versos Libres, titulado “La poesía es sagrada”, planteó:

 

La poesía es sagrada. Nadie

de otro la tome, sino en sí. Ni nadie

como a esclava infeliz que el llanto enjuga

para acudir a su inclemente dueña,

la llame a voluntad: que vendrá entonces

pálida y sin amor, como una esclava

 

Y en “Mi poesía”, detalló:

 

Muy fiera y caprichosa es la Poesía,

A decírselo vengo al pueblo honrado;

La denuncio por fiera. Yo la sirvo

Con toda honestidad: no la maltrato;

No la llamo a deshora cuando duerme,

Quieta, soñando, de mi amor cansada.

 

En sus Versos Libres Martí recordó algunos pasajes de su vida. En “Pollice verso”, por ejemplo, evocó sus días en el presidio político cuando tan solo tenía 17 años, al exponer:

 

¡Si! ¡yo también, desnuda la cabeza

de tocado y cabellos, y al tobillo

una cadena  lurda, heme arrastrado

entre un montón de sierpes, que revueltas

sobre sus vicios negros, parecían

esos gusanos de pesado vientre

y ojos viscosos, que en hedionda cuba

de pardo lodo lentos se revuelcan!

Y yo pasé, sereno entre los viles,

cuál si en mis manos, como en ruego juntas,

las anchas  alas púdicas, abriese

una paloma blanca. Y aún me aterro

de ver con el recuerdo lo que he visto

una vez con mis ojos. Y espantado;

¡Póngome en pie, cual a emprender la fuga!

¡Recuerdos hay que queman la memoria!

 

Además dejó constancia en esta obra poética de sus concepciones acerca del amor, la honradez y otros temas trascendentales.

Del sentimiento que enlaza a seres humanos, significó en el último verso de “Crin hirsuta”:

 

 Sólo el amor engendra melodías

 

Y en “Odio al mar”, resaltó un principio que regiría su propia existencia:

 

Lo que me duele no es vivir; me duele

Vivir sin hacer bien. Mis penas amo,

Mis penas, mis escudos de nobleza.

Galería de Imágenes

Comentarios