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50 años del inicio de la Guerra Constitucionalista del 65 en República Dominicana

24 de abril de 2015

Texto y fotos: Alexis Rodríguez

 

 

Este 24 de abril se cumplen 50 años del inicio de la Guerra Constitucionalista del 65 en República Dominicana, es por tal motivo que en la mañana de este viernes, en la Sala Loynas del Centro Hispanoamericano de Cultura- enclavado en el Malecón habanero- tuvo lugar un conversatorio para honrar la memoria de quienes lucharon en defensa de la constitución, la democracia y la soberanía de la hermana nación caribeña.

SOCORRO INICIO ACTO (Small)

 

Socorro Castellanos, Ministra Consejera, Ministra Concejera y Encargada de Cultura de la misión diplomática, tuvo a su cargo las palabras introductorias al acto que contó con la presencia de Delio Gómez Ochoa, Comandante de la Revolución Cubana y Héroe de la República Dominicana, embajadores y funcionarios de naciones hermanas acreditados en la Isla e invitados, comenzó el ameno diálogo entre  el Excelentísimo Señor Joaquín Gerónimo Berroa, nuevo Embajador de la República Dominicana en La Habana y el Señor Alberto Caamaño Acevedo, Encargado de Negocios de la mencionada misión diplomática, e hijo del Héroe de esa gesta dominicana Francisco Caamaño.

EMBAJADOR (Small)

 

“Es mi primer acto público como embajador, y que honor, que gran honor para mí, que sea este día en el que conmemoramos el aniversario 50 de la Guerra Constitucionalista del 65 en República Dominicana” expresó el señor Gerónimo Berroa.
Este acontecimiento histórico marcó a la nación dominicana, fue sin dudas, el hecho más sangriento del siglo XX que se vivió en la Isla caribeña, por lo que implicó y, sobre todo, por el heroísmo y la valentía con la que el pueblo dominicano hizo frente a una agresión de 42 mil marines norteamericanos. El 24 de abril de 1965 estalló una revuelta entre jóvenes militares académicos progresistas, quienes dolidos por el golpe de estado dado al presidente Juan Boch en 1963, esa mañana de abril del 65, alertaron y armaron a la población civil  y recibieron de inmediato su apoyo.  La guerra costó muchas vidas, pero se demostró que cuando hay un pueblo que tiene un liderazgo sólido como el del coronel Francisco Alberto Caamaño, con ideología, con principios, se le puede hacer frente al enemigo, no importa la grandeza y el poder que tenga.
“La epopeya del 24 de abril, es la heroicidad de un pueblo, es el pueblo que asumió la defensa de la soberanía nacional, sobre todo a partir del 28 de abril de ese año 1965”, expresó Alberto Caamaño. Es de resaltar la premura con que actuó el imperio norteamericano para llegar a la pequeña nación con 42 mil hombres a detener el avance de un movimiento popular que lo único que  procuraba era restablecer en el poder el gobierno legítimamente constituido en elecciones libres del profesor Juan Boch.

CAAMAÑO Y EMBAJADOR (Small)

 

Un reporte desde Washington fechado el 2 de mayo informaba: ” Caamaño proclamó que el pueblo quiere de nuevo a Boch en el poder, que él y otros seguidores de Boch están en completo control de 25 mil hombres armados. Caamaño es un hombre peligroso, inteligente, astuto, podría convertirse en el Fidel Castro de la República Dominicana, no es un loco como algunos piensan”.
Tras la primera gran derrota sufrida por el imperialismo yanqui, a solo cuatro años, en Bahía de Cochino, en Cuba, era de suponer que la invasión a Dominicana fuera reforzada. Con el pretexto de proteger vidas y bienes de ciudadanos estadounidenses, llega a Santo Domingo la 82 división aerotransportada de la Armada de los Estados Unidos, con 42 mil marines. Caamaño participa en una reunión en la embajada de los Estados Unidos en la capital dominicana, donde el embajador de EEUU le dice que no está en calidad de negociar, si no de rendirse, éste a su vez le contesta de la siguiente manera: “Pues permítame decirle que no nos rendiremos y que lucharemos hasta el final”.
Para culminar el conversatorio el Excelentísimo Señor Joaquín Gerónimo Berroa, Embajador de la República Dominicana en La Habana, dio lectura a fragmentos del tercer tomo de Memoria del fuego, del recientemente desaparecido escritor Eduardo Galeano, que refiriéndose a la guerra en República Dominicana escribía:  “La embajada de Estados Unidos llama a los rebeldes -escoria comunistas- y no hay manera de parar el alboroto y pide ayuda úrgete a Washington, desembarcar entonces los marines. Al día siguiente muere el primer invasor, es un muchacho, cae tiroteado desde una azotea de una callecita de esta ciudad, que nunca en su vida había oído nombrar (…) la primera víctima dominicana es un niño de tan solo cinco años, muere debido al estallido de una granada en un balcón, los invasores lo confunden con un franco tirador. El presidente Lyndon B. Johnson advierte que no tolerará otra Cuba en el Caribe”.

PÚBLICO (Small)

 

Así culminó este fraternal dialogo entre dos personalidades dominicanas, que primero, desde su visión de niños, pues apenas llegaban a diez años de vida cuando los sucesos del 65, y luego, con los estudios e investigaciones que han realizado, poseen hoy un amplio enfoque de aquella epopeya. Al concluir el Excelentísimo Señor Joaquín Gerónimo Berroa expresó: “Estamos transitando caminos de paz, de entendimiento, de buena voluntad entre los pueblos. Hay quienes dicen que no existe perdón sin olvido. ¿Cómo olvidar los agravios del pasado, de los cuales hemos sido víctimas todos nuestros pueblos de América Latina? ¿Cómo olvidar lo acaecido en el 65 en República Dominicana, lo ocurrido en el 61 en Girón, Cuba, lo ocurrido en otros países que sufrieron las mismas calamidades? Sin embargo, en aras de construir estos nuevos escenarios de confraternidad, de paz y de desarrollo en nuestro continente, debemos perdonar, pero olvidar nunca”.
Esta mañana también quedó inaugurada en el propio Centro Hispanoamericano de Cultura, una muestra fotográfica conformada por  20 instantáneas en blanco y negro, que reflejan los sucesos de abril de 1965 en la República Dominicana y en hora de la tarde en la Sala Manuel Galich de la Casa de las Américas, se conmemorará este hecho con la participación de intelectuales latinoamericanos y caribeños quienes recordarán esas jornadas gloriosas vividas por los hermanos dominicanos.

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